La venta de esta participación, que los Del Pino controlaban a través de su sociedad de inversión Casa Grande de Cartagena se ha producido de un modo acelerado a través de la firma de inversión UBS, que calcula que con esta operación han sufrido unas pérdidas alrededor de 57,2 millones de euros.

A pesar de la venta de su participación, los Del Pino mediante la sociedad Lolland siguen poseyendo un 3% del capital, de tal manera que en la estructura del accionariado de Acerinox le siguen por delante: Alba (23,766%), Nisshin Steel (15,0%), Alicia Koplowitz (13,275%), IDC (3,041%).

Los expertos de Bankinter señalan de manera positiva esta colocación de papel, porque supone el principio del fin de un accionista que lleva demasiado tiempo con voluntad de dejar el accionariado de Acerinox. Probablemente por esto, la cotización se ha visto limitada descontando la salida de los Del Pino. Además, añaden que la intención de abandonar pesará sobre el precio de la acción, no obstante si el mercado acompaña al proceso se podrá efectuar de manera rápida favoreciendo al valor.



Si observamos como se ha movido la cotización en lo que va de año, nos damos cuenta que a partir de febrero, el precio se ha visto incapaz de superar la resistencia situada en la zona de los 8,27 euros, a pesar de haberlo intentado hasta en cuatro ocasiones. De superar esta resistencia el precio se debería enfrentar a los máximos de enero situados en los 9 euros. Por el lado de los soportes, el pasado agosto marcó unos mínimos situados en los 7,80 euros.

Ante este escenario… ¿Cómo afectará la total salida de la familia del Pino a la cotización de Acerinox?, ¿Podrán los alcistas romper la resistencia situada en los 8,27 euros?

“Estas son las cuestiones y en vuestra mano quedan las resoluciones”