¿Es buena idea estudiar un MBA para dedicarse profesionalmente a las finanzas y a la inversión?

De manera progresiva, ambas disciplinas se han convertido en una de las referencias por las que se decantan un mayor número de personas cuando se trata de desarrollar su carrera profesional. Sin embargo, ¿Cómo podemos dedicarnos a ellas? ¿Cuál es el programa de estudios que puede llevarnos a la consecución de nuestras necesidades formativas?

Los Máster en Dirección de Empresas son una herramienta inmejorable para iniciar los primeros pasos, según indican los expertos. Permite a los estudiantes obtener un conocimiento global de los mercados, para posteriormente y de forma concreta, profundizar en el funcionamiento del mercado financiero y en la relación que se produce entre los principales actores que intervienen.

¿Cuáles son los objetivos de estudiar un MBA?

Un Máster MBA no sólo incrementa los conocimientos, sino que ofrece a los alumnos los medios para garantizar su empleabilidad. Asimismo, proporciona la oportunidad de destacar en un mercado ultra competitivo, con perfiles cualificados pero muy generalistas. Es en este punto cuando un Máster en Dirección de Empresas se convierte en una opción formativa completamente adaptada a las necesidades que existen en la actualidad en el mercado laboral cada vez más exigente en cuanto al perfil y talento altamente cualificado para ocupar puestos de dirección.Mediante este tipo de soluciones, podemos lograr una visión estratégica y global sobre los diferentes aspectos implicados en la dirección de organizaciones. Entre ellos y de forma específica, se profundiza en el conocimiento de elementos cruciales que intervienen en las operaciones de inversión y de finanzas. Por tanto, el primero de los objetivos que lograríamos alcanzar estudiando un MBA es precisamente comprender el funcionamiento de cada una de las partes de una organización: comunicación, dirección estratégica, gestión de operaciones, procesos, innovación y dirección de marketing. Pero, especialmente se perfecciona el conocimiento del área económica: dirección financiera, costes y control, finanzas corporativas, riesgos financieros, asesoramiento y planificación financiera.Uno de los objetivos más valorados por los aspirantes a estudiar este acreditado programa es el retorno de la inversión en términos de acceso a empleos de calidad y/o mejorando sustancialmente su situación laboral actual. La visión transversal que ofrece un MBA de todas las áreas de una organización desde la perspectiva de la alta dirección, ofrece grandes posibilidades para acceder a puestos de trabajo relacionados con la gestión a nivel global.

En lo que se refiere al área financiera, los conocimientos que se adquieren permiten la puesta en práctica en el desempeño de funciones a través de la toma de decisiones en ámbitos relevantes de una organización como son: la planificación financiera; los procesos de operaciones financieras; alternativas de inversión y de reasignación de recursos o desinversión.

Es más, no podemos olvidar las posibilidades que nos ofrece un MBA para mejorar nuestras redes de contactos profesionales. En los MBA, por lo general, se reúnen algunos de los inversores, emprendedores y empresarios del futuro o, por qué no, del presente. El programa actúa como caldo de cultivo para poder establecer sinergias con personas con las que compartimos inquietudes que pueden llevarnos a cubrir un amplio espectro de necesidades de aprendizaje en áreas clave o de crecimiento profesional.

La inversión que necesitamos para desarrollar nuestras habilidades

Además de todos los aspectos ya mencionados, no podemos obviar la influencia que posee un MBA para el óptimo desarrollo de habilidades directivas. Las disciplinas que integran el plan de estudios están enfocadas en reforzar habilidades resolutivas y analíticas. Entre algunas de ellas están las siguientes: dirección de equipos, organización de reuniones, gestión de conflictos, negociación y gestión del cambio.

Al margen de obtener una visión global del funcionamiento del mundo de los negocios y de las habilidades específicas que se entrenan, un MBA es un motor que impulsa la mejora del perfil profesional en función de las expectativas o proyección futura de cada persona. Por ejemplo, el ámbito de las finanzas corporativas ofrece posibilidades de crecimiento orientadas hacia cargos como director financiero de una empresa, independientemente de cuál sea su volumen de actividad, número de trabajadores o industria a la que pertenezca.

Otro de los campos más atractivos es el mercado financiero y de riesgos. En este ámbito las organizaciones del sector financiero demanda perfiles especializados que aporten valor en áreas concretas de negocio de una empresa, así como profesionales capaces de aprovechar oportunidades y/o anticiparse a situaciones que puedan provocar pérdidas económicas.

En concreto, las salidas profesionales más frecuentes para un titulado MBA que se haya propuesto trabajar en el sector financiero están relacionadas con las siguientes áreas: análisis de negocio, consultoría de empresas, proyectos de inversión, emprendimiento, banca, controller y dirección financiera.

Como hemos podido comprobar, son muchos los motivos que motivan a estudiar un máster MBA. Sin duda alguna, invertir en formación es una de las mejores decisiones que podemos tomar si queremos introducirnos en determinados campos, como es el caso del mundo especializado de las finanzas e inversión. Acudir a una de las escuelas de negocios líderes del sector de la formación empresarial como son los centros que imparten programas MBA en Madrid o en otras capitales europeas, es la mejor garantía de que la formación se va adaptando en todo momento a la realidad y demanda del mercado laboral. Por ello, no es casualidad que los Master of Business Administration se hayan convertido en una de las opciones, a nivel de educación superior, con mayor número de alumnos en todo el mundo interesados en agregar valor a su curriculum y proyectar su carrera profesional al más alto nivel.