MADRID, 28 AGO. (Bolsamania.com/BMS) .- El FBI está investigando varios ataques coordinados que se han producido contra entidades financieras estadounidense en las últimas semanas.

Fuentes de la investigación citadas por USA Today han señalado que se sospecha de que podría haber nacionales rusos detrás de estos ataques, aunque han subrayado que no se tiene constancia de que el incidente tenga una relación directa con las sanciones aprobadas por Estados Unidos contra Rusia.

Los hackers han conseguido hacerse con “información sensible” que poseían las entidades financieras atacadas, según ha informado la agencia Bloomberg. Entre esta información, se encuentran datos personales y relativos a las cuentas de los clientes.

MEDIDAS CONTRA LA AMENAZA

El portavoz de JP Morgan, Trish Wexler, ha señalado que "afortunadamente las entidades de este tamaño sufren ataques casi a diario". "Tenemos múltiples medidas para defendernos de las amenazas y realizamos una observación constante de los niveles de fraude", ha añadido.

Por su parte, el portavoz del FBI, Paul Bersson, ha reconocido que están "trabajando con el Servicio Secreto de Estados Unidos para determinar el alcance de varios ataques registrados recientemente contra entidades financieras norteamericanas".

ANÁLISIS FORENSE DEL ATAQUE

Asimismo, varias compañías de seguridad están realizando análisis forenses de las redes asaltadas para esclarecer los hechos.

"La habilidad para crear una estrategia de seguridad en profundidad de JP Morgan para ir más allá de las posibilidades de los delincuentes está en la línea de las capacidades estatales", ha asegurado el consejero delegado de Lieberman Software, Phil Lieberman.

CONTROL DE LOS ORDENADORES DESDE MOSCÚ

La firma de seguridad Proofpoint alertó el pasado 21 de agosto que habían detectado varios ataques cibernéticos contra la información personal de los clientes de JP Morgan.

Estos ataques se realizaban mediante el envío de un e-mail en el que los delincuentes, que se hacían pasar por personal de la entidad financiera, pedían a los clientes que accediesen a un link "seguro", que en realidad servía para instalar un virus que permitía acceder a la información de los ordenadores de las víctimas desde un servidor en Moscú.