Los españoles, pese a nuestra dieta mediterránea, no hacemos uso de ella. Debemos aumentar el consumo de verduras, de frutas y de hortalizas, demasiado bajo para unos alimentos muy necesarios.
“Comer bien no solo es comer fruta y verdura. También hay que reducir el consumo de carnes rojas y procesadas, ya que tanta grasa no es buena. Lo mismo ocurre con los alimentos ultraprocesados: solemos desayunar muchas galletas pensando que son buenas, pero hay otras opciones mucho más saludables”, afirma Ángeles Novo, dietista-nutricionista del Hospital Quirónsalud Lugo y Hospital Quirónsalud A Coruña.
En este sentido, esta experta mantiene que el desayuno es una de las principales comidas del día y una buena opción es introducir en este el pan integral en lugar del de molde, para hacerlo más saludable.
DESECHAR LÁCTEOS DESNATADOS
En muchos casos, y por ideas preconcebidas o creencias populares erróneas, prescindimos de alimentos que sí nos convienen y que pueden ayudarnos a comer bien, como es el caso de los lácteos enteros, cuando esto no siempre está justificado a la hora de alimentarnos correctamente.
Pero destaca, asimismo, que una de las cosas más importantes y que la mayor parte de la gente no sabe es que debemos desechar los lácteos desnatados y empezar a introducir los enteros. “La gente le tiene miedo a la leche entera, pero es mucho más saludable que la leche desnatada”, afirma Novo.
Y es que, según explica esta especialista en Nutrición, esto es debido a la calidad nutricional de los productos lácteos enteros: “En el caso de los lácteos, esta se encuentra en la grasa. La vitamina D es liposoluble y, en los alimentos, solo se encuentra en la leche entera, los huevos y el pescado azul”.
Es más, sostiene que los alimentos desnatados “no nos aportan la vitamina D”, pero tampoco el calcio que necesitamos. “Esto es aplicable a cualquier persona, incluso si lo que buscas es adelgazar. Un yogur de sabor bajo en grasa tiene más azúcar que el entero, por lo que te llena menos”, avisa la dietista-nutricionista de Quirónsalud Lugo y A Coruña.
Desde la Fundación Española de Nutrición (FEN) valoran que la leche representa el “mejor aporte de calcio, de proteínas y de otros nutrientes necesarios” para la formación de nuestros dientes y de nuestros huesos, y concretamente menciona que, especialmente durante la infancia, es idónea la leche entera, dado que es la que “conserva la energía y las vitaminas A y D ligadas a la grasa”.
Ahora bien, reconoce esta institución que durante la edad adulta lo idóneo igualmente es conservar este consumo adecuado de lácteos enteros para favorecer la conservación de nuestra masa ósea y evitar así la osteoporosis y las fracturas, provocadas en muchas ocasiones por ese aporte insuficiente.
No obstante, la FEN remarca que, dado el contenido calórico de la leche entera, las personas que presentan sobrepeso, obesidad o alteraciones de lípidos en sangre sí pueden optar por leches desnatadas o semidesnatadas, ya que estas disponen de una menor cantidad de grasa y, por tanto, menos calorías y colesterol. También menciona que quienes padecen intolerancia a la lactosa o alergia a la leche deben evitar la leche de vaca.
¿HASTA QUÉ PUNTO ES BUENO ESTAR A DIETA PARA ESTAR SANOS?
En última instancia, Ángeles Novo, dietista-nutricionista de los hospitales Quirónsalud de Lugo y A Coruña, resalta que no siempre hay que estar a dieta para estar sanos y que lo mejor es “huir de todas las dietas”, dado que “la alimentación no es un tema pasajero”.
En su opinión, lo que tenemos que hacer realmente es aprender a comer, y las dietas siempre tienen un principio y un final: “Debemos dejar de contar calorías y pesar los alimentos. Comer es algo muy social y emocional, por lo que es muy común que las dietas generen ansiedad entre la población que las sigue, y eso no es salud”.
Así, y a la hora de adquirir buenos hábitos sin hacer dieta, la dietista-nutricionista de los hospitales Quirónsalud Lugo y A Coruña subraya que es importante reflexionar y pensar si realmente nos vemos comiendo como ahora a largo plazo. “No existe una única forma de hacerlo bien, a la que todos nos tenemos que adaptar. Todo depende de la persona, de los horarios, de las defensas, del sistema, etc.”, asegura esta experta en nutrición.
En última instancia recuerda que “no hay alimentos malos”, sino “malas frecuencias”. “Ningún alimento por sí solo nos traerá salud o nos la quitará. Necesitas comer algunos alimentos más a menudo y otros menos, pero aquí no hay una varita mágica. Los resultados se ven a largo plazo, no en dos días”, mantiene Ángeles Novo.