Al acabar la segunda sesión de la semana, los tres principales indicadores de la bolsa estadounidense echaron el cierre con fuertes caídas. El Dow Jones de Industriales corrigió un 2,65%, hasta los 9.870 puntos, el S&P 500 se dejó un 3,1%, hasta los 1.041 puntos, su nivel más bajo en el año. Por su parte, el Nasdaq tecnológico fue el más bajista con un retroceso del 3,85%, hasta los 2.135 puntos.

El mal dato de confianza del consumidor fue la gota que colmó el vaso en Wall Street. Un desplome que ha vuelto a reavivar los miedos sobre la evolución de la economía norteamericana  con "el aumento de la incertidumbre sobre el futuro de la economía y el mercado laboral" en el punto de mira de los inversores.

Los problemas del mercado laboral, pese a que en mayo la economía estadounidense experimentara un crecimiento de empleo, siguen pesando en la mente de los consumidores. Así, en junio el índice que elabora la Conference Board se ha desplomado hasta los 52,9 puntos, desde los 63,3 puntos marcados en mayo. Los analistas esperaban que fuera esta misma lectura para junio.

De nuevo fueron los bancos los protagonistas de la sesión. Bank of America se dejó un 4%, JP Morgan cedió ese mismo porcentaje mietnras que Citigroup amplió sus pérdidas hasta el 7%. Las noticias en torno al sector no dieron lugar al optimismo después de conocerse que podrían perder unos 1.380 millones de dólaers en ingresos al año con la nueva ley que la Administración Obama prepara para regular al sector bancario.

Por su parte, el fabricante tecnológico Micron se desplomó más del 13% al presentar unas cuentas decepcionantes que los inversores castigan en bolsa. En el terreno positivo no acabó ningún valor en el Dow Jones que cotice en verde. Los más bajistas, al margen de los bancarios, fueron Boeing (-6%), Alcoa (-6%) y Caterpillar (-5%).