¿Trading? No solo la tendencia es tu amiga

Puede que la frase más usada en el mundo del trading sea la de “la tendencia es tu amiga”. Es una de las sentencias que más aparecen en manuales para aprender a invertir y que han usado grandes especuladores. No en vano, la tendencia es uno de los factores más importantes a la hora de realizar una inversión. Pero también hay que tener en cuenta otras consideraciones que son complementarias entre sí.

Por ejemplo, el horizonte temporal es decisivo para determinar si una inversión tiene o no sentido. Muchas de las estrategias que los inversores tienen a medio y largo plazo son posiciones que inicialmente se plantearon como posicionamientos a corto plazo, pero que al no funcionar como se tenía pensado se ha dejado en la cartera esperando que más adelante la idea dé resultados positivos. Invertir en el corto plazo tiene una complejidad mayor que hacerlo con un horizonte temporal más alejado. Cualquier noticia, declaración o dato macroeconómico puede afectar a la cotización de un activo.

Los repuntes de volatilidad podrían hacer saltar los stops. “Cuando hablamos de inversiones a largo plazo, la volatilidad nos afecta menos y, por tanto, intentamos acertar con la gran tendencia. El timing sigue siendo importante, pero ya no es crucial como cuando operamos en el corto plazo”, afirma Juan Pablo Gil, estratega de mercados de XTB.

Si operamos a muy corto plazo, la probabilidad de que un activo suba o baje es prácticamente del 50% y deberemos pagar comisiones de compra y venta. Por tanto, si operamos mucho es similar a una ruleta en la que siempre gana la banca”, indica Albert Parés, gestor del fondo Annualcycles Strategies. Este experto destaca que en su fondo operan dentro del ciclo anual, sobreponderando el rally de primavera y el de fin de año e infraponderando el verano. Ambos periodos están relacionados con la estacionalidad de los mercados, otro de los factores que se pueden (o deben) tener en cuenta a la hora de invertir.

La estacionalidad hace referencia a los patrones de comportamiento que se repiten regularmente en determinados períodos a lo largo del tiempo. La bolsa, y otros activos como las materias primas, presentan patrones estacionales que se vienen estudiando desde hace años.

Quizá el más conocido sea el rally de Navidad que asegura que la última quincena del año las bolsas tienden a subir por diversos motivos, entre los que destaca la necesidad de los fondos de inversión de equilibrar sus balances.  Al rally de navidad le sigue el llamado efecto enero, que asegura que si hay revalorización de las acciones en el primer mes de un ejercicio, la habrá el resto del año. El refrán bursátil más famoso “sell in may and go away”, es decir vende en mayo y vete, hace referencia a la pauta estacional de la bolsa antes del verano. Durante los meses estivales, la rentabilidad de las acciones suele ser menor a las registradas a principios del ejercicio y también a las anotadas desde primeros de noviembre.

En Wall Street se dice que hay que volver a los mercados por Halloween. Los grandes fondos y otros inversores institucionales también marcan otras de las pautas: la de final de trimestre, cuando venden valores con pérdidas. En el mismo sentido, los primeros días del mes suelen ser de subidas, porque los fondos suelen abrir nuevas posiciones. También existen otros patrones relacionados con eventos como las elecciones en EEUU o con los ciclos económicos.

Ciclos económicos y largo plazo

Es fundamental entender en qué parte del ciclo nos encontramos, porque podemos estar al inicio o al final de un proceso de crecimiento. “Si hemos salido de un ciclo recesivo espero ver un proceso de limpieza de excesos de apalancamiento, de exceso de posicionamiento, de dudas sobre el futuro”, indica Gil. Ese es el clima en el que nacen los ciclos expansivos. “Al principio, nadie se los cree y luego se van consolidando, hasta que finalmente, al cabo de los años acaban en euforia”, subraya el mismo experto. Dentro de este análisis, el nivel de tipos de interés y las políticas fiscales también juegan un papel decisivo.

Puede leer este artículo al completo en el número de abril de la revista de Estrategias de inversión