Que el sector financiero es, junto con el turístico, uno de los más aquejados por la pandemia no es ningún secreto para nadie. Y en su caso, frente al sector de los viajes con un añadido: la crisis económica podría incluso diferir más su recuperación. Los niveles de paro esperados, que serán más elevados si se intensifica la crisis y el posible aumento de la morosidad, así como el descenso del consumo serán factores a tener en cuenta a medio plazo para los bancos. Todo ello con el añadido de tipos a la baja de forma indefinida y la política ultraexpansiva del BCE.
Pero nada está escrito y las previsiones pueden cambiar al ritmo que marque sobre todo la llegada de la vacuna o de medidas para luchar contra el coronavirus. En medio de esa incertidumbre nos preguntamos si la caída de Banco Santander, que supera el 50% de su precio en bolsa en lo que va de ejercicio, acercándose y mucho a la zona de soporte y en caída cuasi libre en el último mes, en el que ha perdido más de un 20% de su valor, es o no una buena oportunidad para entrar en el valor.
Por supuesto no estamos hablando de inversores conservadores, pero sí de aquellos que miran al más largo plazo y con apetito al riesgo. A los niveles actuales y pensando por ejemplo en el dividendo, para el que la entidad, cuando levante en 2021 sus recomendaciones el BCE, ya ha reservado en las cuentas del segundo trimestre del orden de 400 millones de euros para destinarlo en efectivo a la remuneración al accionista.
Por tanto, ¿Hablamos de alejarse lo máximo posible de Bancos Santander como nos recomiendan los expertos? O ¿ es momento de entrar para garantizar un precio asequible para la acción a largo plazo, con el atractivo del futuro dividendo?
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