El Juzgado de Primera Instancia 52 de Barcelona ha condenado al Banco Santander a compensar a un grupo de empresas familiares por los perjuicios que les causó al no avisar a finales de 2008 de las previsiones de bajada de los tipos de interés y de los efectos que ello podía tener en los swaps contratados.

En una sentencia contempla que Santander
incumplió con los deberes propios y específicos del asesor de inversiones porque no alertó a sus clientes de que las expectativas sobre la evolución de los tipos habían cambiado radicalmente respecto a 2006, cuando les colocó los swaps para defenderse de las subidas del precio del dinero.