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En principio, se debe a los resultados presentados por la constructora que no han gustado a los accionistas. Según el documento remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la venta del 10,01 % que tenía en Repsol arroja pérdidas por 940 millones de euros a sus cuentas, en tanto que el deterioro del 10 % que aún mantiene en la petrolera les aportó un resultado negativo de 208 millones.
El grupo ha realizado provisiones por el deterioro de su participación en las radiales R-4 y AP-36 (Madrid-Levante) por valor de 445 millones, así como otras dotaciones por activos inmobiliarios y posibles futuros impagos, por valor 117 millones.
Excluyendo estos efectos, el resultado habría sido positivo, con un beneficio de 106 millones de euros.
La cifra de negocio de Sacyr alcanzó los 3.949 millones de euros, lo que supone un descenso del 18,1 %, en tanto que el resultado bruto de explotación o ebitda alcanzó los 533 millones, el 6,7 % menos que un año antes.
El descenso en estas partidas se debe al entorno de crisis económica, principalmente nacional, que ha afectado a las actividades de promoción residencial y construcción, aunque ésta última fue mitigada por el crecimiento de la actividad en el exterior.
Los intentos por reflotar el valor no cesan. Recientemente su vicepresidente, Demetrio Carceller, aumentó su participación en el capital de la compañía hasta el 15,9% con la compra de 109.200 euros en acciones.
La capitalización de la compañía ha descendido en los últimos meses hasta los 1.117,77 millones. Es de las menores del Ibex 35, por lo que los ecos que apuntan a una posible expulsión del selectivo suenan cada vez con más fuerza.
COMPRADORES VS. VENDEDORES DE SACYR: