Siempre se pueden encontrar argumentos razonables y creíbles para una subida o una caída de las bolsas en un determinado día. He visto incluso utilizar un argumento para explicar una subida y al día siguiente arbolar esa misma razón para explicar una bajada. Ese defecto por encontrar explicaciones a todo y analizar cada detalle de la evolución del mercado también afecta al trader.

De hecho, uno de los errores probablemente más presentes entre la comunidad inversora es el hecho de analizar en exceso el mercado antes de operar. Pensar mucho en una operación suele dar al trader un sentimiento de control sobre el mercado y de compromiso extremo con su trading. Eso es precisamente su perdición. El que uno se sienta seguro de su trading no implica necesariamente (sería demasiado fácil) que esto se traduzca en una operación exitosa.

Al mercado le da igual que usted se sienta bien o mal con su operativa, le da igual que haya analizado mucho o poco el mercado. Uno no puede controlar al mercado; solo puede controlarse a sí mismo. Muchos de los traders de más éxito parten del principio que la operativa que acaban de iniciar saldrá mal. Esto les da una ventaja respecto a los demás. Les pone automáticamente en una situación de alerta y no les tiembla el pulso para cerrar el trading si éste sale mal.

Analizar en exceso una operativa lleva el inconveniente de que uno se implica demasiado en él. Uno se siente seguro de que va a ocurrir lo que está proyectando en su mente, incluso aunque haya analizado las implicaciones adversas. El análisis lleva en muchos casos al exceso de confianza. Uno tiene la impresión de que ha contemplado todas las situaciones posibles y al final el mercado siempre nos sorprende con algo inesperado.

Otro problema que ocurre cuando uno analiza en exceso el mercado es que al final a uno le entra miedo a operar. Caemos en el síndrome del perfeccionista. Estamos buscando el trading perfecto y este nunca llega; siempre hay un elemento que falla en el análisis. El perfeccionismo no solo paraliza al trader sino que cuando se decide a operar y la operación resulta infructuosa, esto le genera una ansiedad y una frustración enormes.

Pero puede ocurrir lo contrario. Uno ha analizado tanto el mercado y se siente tan seguro de lo que puede ocurrir que aumenta exageradamente su apuesta, se apalanca en exceso con el riesgo que esto supone.

En definitiva hacer trading supone asumir riesgos, pero no podemos pretender controlarlo todo. Además si hay algo que podemos controlar no es desde luego lo que van hacer los mercados sino lo que vamos a hacer nosotros si el mercado hace una cosa u la otra. No intente controlar al mercado, intente controlaros a vosotros mismos.

Evidentemente uno debe tener pensado un plan de trading, pero analizar en exceso cada trading que uno pretende realizar delata una falta de confianza en ese plan. Ahí está el problema.