Los datos de Banco de Grecia también mostraron que la dependencia de los bancos griegos es todavía muy elevada, ya que al comienzo del año la financiación del BCE era de 49.700 millones, casi la mitad que la cantidad actual. Esta dependencia ha sido la vía de escape ante el cierre del grifo de crédito interbancario por la crisis de deuda soberana helena.