Representan, respectivamente, la quinta y sexta mayores compañías eléctricas de Europa y de haberse resuelto con fines satisfactorios la operación habría tenido un valor de 60.000 millones de euros.

Tal y como señala Reuters, las negociaciones se habrían llevado en secreto hasta el pasado mes de febrero, momento en que tanto RWE como Iberdrola decidieron echarse para atrás y abandonar sus planes de fusión, justo antes de que fuera producirse el anuncio.

Todo se ha llevado en la más absoluta confidencialidad, aunque un responsable del sector financiero ha asegurado que "las conversaciones eran serias y estaban bastante avanzadas".

Iberdrola a esta hora está cediendo un 0,30% dentro del Ibex 35.