
Hay quien lo prolonga en el tiempo, pero lo cierto es que el deseado y no siempre cumplido rally de Navidad, es en realidad el rally de Santa Claus, que se puede implementar como el último esfuerzo del mercado en terminar un ejercicio y comenzar el siguiente.
Está claramente medido en fechas: del 26 de diciembre al 2 de enero, aunque muchos, establecen fechas precedentes, porque esto se circunscribe al mercado americano. Popularmente, el rally de Navidad tiene vigencia desde este mes, y especialmente desde el Black Friday cuando empieza la Navidad comercial y bursátil propiamente dicha, con este periodo estacional, el que corresponde a noviembre y diciembre, entre lo mejor del ejercicio.
Según IG, “identificado por Yale Hirsch en 1972, este fenómeno ha mostrado un rendimiento constante, con el S&P 500 históricamente ganando un promedio del 1,3% durante este período, como rally propiamente dicho. Durante este período de siete días, los precios de las acciones han aumentado aproximadamente el 79% del tiempo, lo que la convierte en una tendencia estacional bien conocida y seguida de cerca”.

Todo ello apoyado por factores especiales en estas fechas del año. Por ejemplo el reequilibrio de carteras, que bien podría funcionar este año por parte de gestores y particulares ante las fuertes subidas vividas y, sobre todo, por sectores que se han quedado atrás.
También con menor volumen de negocio por las fiestas, personas que invierten en esa época de forma puntual al recibir dinero en estas fiestas y el factor psicológico que no puede faltar: los inversores están más dispuestos a comprar.
En este año especial, sobre todo por las subidas que hemos visto hasta ahora hemos consultado a los expertos para saber si, sobre todo, el IBEX 35 subirá en lo que resta de año tras los avances de doble dígito vividos.
En el caso del selectivo español, noviembre fue un año especialmente bueno en 2023 con subidas superiores al 11% y en lo peor de la pandemia, en 2020, con un 25,18% magnificado por el efecto Covid.
Pero en diciembre, hemos de remontarnos a los años 90 para encontrar subidas de doble dígito, mientras que el último mes del año realmente bueno, con alzas superiores al 7% lo encontramos en 2016.
Todos ellos apuestan por subidas y en el caso especial de Pablo García, espera incluso un repunte a nuevos récord. Señala que noviembre puede ser movido, pero el rally de Navidad no está en cuestión; incluso piensa que podríamos cerrar el año cerca de máximos.
Y hay un factor que lo avala. Destaca que, pese a los recortes de los últimos días, ha habido sesiones con fuertes caídas seguidas de cierres ligeramente positivos, y que los volúmenes no muestran un traspaso de la renta variable a la renta fija. Un auténtico tira y afloja a cuenta de las dos caras de la IA, en la que considera que ganarán los que apuestan por nuevas subidas de las empresas más ligadas a la megatendencia.
Para Antonio Castelo, analista de iBroker, el Ibex 35 "entra en el tramo noviembre-diciembre en una situación constructiva pero exigente: el índice cotiza en zona de máximos históricos, con una estructura alcista bien definida desde comienzos de 2025, pero también con señales de sobrecompra en varios indicadores que presionan a corto plazo. Las probabilidades de rally no son malas, pero más en el sentido de una extensión del impulso actual que en el de una aceleración vertical como la vista en otros momentos del año".

Considera que "el momentum sigue siendo positivo, la amplitud de mercado es razonable y no vemos señales claras de distribución institucional. Sin embargo, cuando un índice llega tan arriba, el rally suele estar parcialmente descontado. Así, el escenario base es compatible con un rally moderado, apoyado en tendencia y sentimiento, pero con poca “gasolina” para un movimiento explosivo".
Y destaca que "en el selectivo habría que vigilar especialmente a los bancos, que continúan sólidos y pueden aportar al impulso; si flojean, podrían cortar el tono alcista rápidamente. El sector energético y las utilities aportan estabilidad pero difícilmente tirarán del índice por sí solas. Telecomunicaciones y sectores cíclicos podrían sumarse si el tono macro acompaña, aunque sin grandes sorpresas previsibles. El principal riesgo es una corrección técnica tras la fuerte subida del año, que no sería dramática, pero sí suficiente para dejar el rally en un movimiento más discreto. Globalmente, el Ibex 35 apunta a cerrar bien el año, pero sin euforia: el mercado, como siempre, decidirá más allá de lo que podamos prever o planificar".
Desde IG, Sergio Ávila destaca que "de cara al final de año lo que vamos a tener es que no todo va a subir como habíamos venido viendo en todos los índices, sino que habrá sectores que se comporten mejor que otros. Lo más probable es que haya rotaciones, y es probable que haya rotaciones desde la gran tecnología hacia otros activos. Eso sí que puede provocar caídas en los índices, sobre todo en los índices americanos, porque tienen un gran peso tecnológico en la ponderación.
"Además-señala el experto- podremos ver aumentos de volatilidad en momentos puntuales y rotación hacia otros sectores. Así que no creo que el rally de Navidad se haya perdido; no podemos decir todavía que no vayamos a tenerlo, pero sí que hay que ser un poquito más selectivos que en otros años".
Por último, desde XTB su analista, Manuel Pinto indica varios catalizadores que podrían prolongar en el tiempo las subidas. Entre ellos, la carrera por la hegemonía en el IA y la lucha de Estados Unidos y China que puede ayudar al mercado y vivir un rally de Navidad de cara a fin de año, con un periodo que suele ser el mejor del año.
También destaca la subida vertiginosa de los resultados empresariales, los recortes de tipos de interés, con el segundo mayor ciclo en 24 meses solo superado por 2008, el final de QT, con más estímulos monetarios, en el que veremos más dinero meterse en el mercado, más compra de deuda por parte de la Reserva Federal. Y por último, el dinero en efectivo de Donald Trump ante los beneficios de los aranceles. 2.000 dólares.
Esta última es un arma de doble filo para muchos, que podría disparar la inflación y cambiar el ciclo, obligando a la Fed a subir tipos, uno de los factores que más temen los inversores.
Y no solo eso, el miedo a la IA y a una potencial burbuja está incidiendo en el ánimo comprador de los inversores en el más rabioso corto plazo.

