Así de contundentes se han mostrado desde este centro ubicado en Londres, donde equiparan la situación actual con lo ocurrido con el petróleo procedente de Iraq, aunque reconocen que una amplia parte de los yacimientos, en este caso, no se verán afectados por las intervenciones militares.
Este experto, sin embargo, opina que “no hay garantías de que Gadafi y sus seguidores no practiquen una política de tierra quemada”. Ya de momento, la producción se ha visto mermada desde los 1,8 millones de barriles en unas condiciones normales hasta a menos de 1 millón de barriles diarios en estos momentos.

