Alemania se sale con la suya y el Consejo Europeo rechaza cualquier tipo de mutualización de la deuda, frente a Francia, España y la Comisión, que defendían la emisión de eurobonos como receta para estabilizar la eurozona y generar confianza.

De hecho, la hoja de ruta renuncia también a uno de los tres pilares considerados fundamentales para construir una unión bancaria: la creación de un sistema común de garantía de depósitos,
una iniciativa que Berlín también rechaza.

El plan será debatido y aprobado en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los 27 que se celebra en Bruselas los días 13 y 14 de diciembre.

Van Rompuy reclama completar la legislación que refuerza el Pacto de Estabilidad y da más poderes a la Comisión para intervenir en los presupuestos nacionales.

También exige aprobar antes de que acabe el año la norma que encomienda al Banco Central Europeo (BCE) la supervisión de los bancos de la eurozona para que a partir del 1 de enero el supervisor único bancario sea una realidad. 
Alemania e Inglaterra ponen trabas a la puesta en marcha del supervisor único bancario europeo, ¿por qué? Daniel Pingarrón, estratega de mercados de IG, explica las razones:
- consideran que es precipitado dar al BCE la supervisión de 6.000 bancos europeos a la vez. Desde Berlín quieren que se controlen los sistémicos y luego pasen a los siguientes.
- consideran que del fondo de garantía de depósitos comunitario se beneficiarán sobre todo los bancos periféricos, más que los de Alemania, lo que perjudicará sus intereses. Además, podría haber un fondo de liquidación de bancos a nivel comunitario, lo que posibilitaría que se recapitalizaran entidades sin que tuvieran que computar las ayudas como deuda pública. No obstante, no creo que esto, con efecto retroactivo, haga que los 41.000 millones de ayuda a la banca española no computen como deuda pública.
- Los bancos alemanes pueden estar en una situación mucho peor de la que se conoce ahora y, que, con un supervisor europeo, no germano, salgan cosas a la luz.
Sin embargo, Francia sí tiene especial interés en que salga adelante la unión bancaria, ya que quizás algún banco galo necesite en los próximos meses alguna línea de liquidez de los fondos europeos sin que compute como deuda pública.