Algunas voces culpan al gobierno por no llevar a cabo las medidas necesarias en tiempo y forma. Venimos avisando de forma incansable, que la principal crisis del sector financiero se debe a la falta de formación y a la presencia de políticos en sus Consejos de Administración.

Otras miradas apuntan a la irresponsabilidad de los bancos al abandonar su negocio tradicional con la creación de titulaciones hipotecarias sin tener en cuenta la gestión óptima de los riesgos. Hasta ahora, nada de lo anteriormente mencionado nos sorprende. Sin embargo, sí lo hacen las voces acusadoras que han empezado a surgir, tras la dimisión de Rodrigo Rato como presidente de Bankia. Son precisamente estas voces las que centran la atención en los Bancos Centrales, y más particularmente en el Banco de España.

Es evidente que la ruptura de la burbuja inmobiliaria y el consecuente desplome de los mercados mayoristas de crédito, dejaron al descubierto las carencias de gran parte del sistema financiero español, a pesar de que en varias ocasiones, el Banco de España incrementase el nivel de aprovisionamiento exigido a la banca. La cantidad de activos tóxicos acumulados ha destapado la falta de diligencia del Banco de España, que además, ha escondido también buena parte de la información relevante sobre el sector financiero.

Para intentar poner remedio a toda esta situación, se instauró como política la inyección de dinero público, siendo para algunos, sin duda, la peor estrategia posible liderada por los sucesivos gobiernos y especialmente el Banco de España.

Desde Aspain 11 Asesores Financieros EAFI consideramos que para poder tomar postura sobre la culpabilidad o no del Banco de España en lo referente a al tema que nos ocupa, hay que profundizar un poco más en cuáles son los objetivos y las funciones básicas del Banco de España:

-Función Supervisora: según define la propia institución, consiste en diseñar y aplicar sistemas de análisis de las entidades que ayuden a prevenir y que permitan reducir el número, la importancia y el coste de las eventuales crisis.
En función a lo anterior, consideramos que el Banco de España falló en el sistema de análisis, a la hora de valorar la credibilidad de las auditorías y los stress test realizados. Incumpliendo así el tan importante supuesto de transparencia informativa por parte de las entidades financieras hacia los mercados.

-Estabilidad financiera: la institución tiene entre sus objetivos tratar de implantar la debida protección frente a los riesgos de contagio, es decir, ha de tratar de disminuir, en la medida de lo posible, el riesgo denominado sistémico. Es evidente que este punto no se ha logrado.

-No debe de existir un signo intervencionista por parte del Banco de España, ya que tiene como máxima respetar los mecanismos del mercado.

-Objetivo principal: verificar el adecuado cumplimiento de las normas específicas bancarias, y las relaciones con la situación financiera y de solvencia de las entidades, tratando de generar una situación de transparencia hacia el mercado y proteger a los usuarios.

Sobre este punto hay que destacar no solo que actualmente existe una gran opacidad hacia el mercado, (a la que el Gobierno pretende poner fin), sino que además, existe una importante falta de cultura financiera en la población. Por ello, desde Aspain 11 consideramos primordial que las entidades realicen una completa y correcta descripción del perfil de riesgo de cada cliente, antes de “colocarle” activos de alta complejidad, asumiendo un elevado nivel de riesgo, dejando en una clara situación de desventaja a los usuarios, como se ha comprobado que ha sucedido hasta el momento, por ejemplo, con el escándalo de las preferentes.

-Objetivo final: solucionar los problemas que se presenten en beneficio de la solvencia y viabilidad de las entidades de crédito y la estabilidad del sistema.

-Límites a la supervisión: la actuación del Banco de España también está limitada en lo que respecta a:

*Gestión y Administración de entidades: el supervisor realiza los análisis y comprobaciones precisos para obtener un conocimiento razonable de su solvencia y situación. Ello no supone la revisión exhaustiva de las operaciones realizadas por la entidad.

*Auditoría externa de cuentas: el auditor externo tendrá que dictaminar si las cuentas anuales reflejan la imagen fiel del patrimonio, de la situación financiera y de los resultados de la empresa auditada. En este caso, la labor del Banco de Estaña se reduce a la mera supervisión de esos datos. Lo que nos parece llamativo es que el auditor externo sea contratado por la propia empresa objeto de estudio.

*Auditoría interna y de control de riesgos: en este caso, el supervisor apoya en el trabajo al auditor interno.

*Los sistemas de garantía de inversores y depositantes: dichos sistemas no garantizan las operaciones de los clientes bancarios. Para ello existe el Fondo de Garantía de depósitos de Entidades de Crédito, que se encargaría, en caso de que fuese necesario, del pago de las correspondientes indemnizaciones.

*Análisis externo independiente de las entidades de crédito: las tareas analíticas son propias también del proceso supervisor, pero sus efectos se limitan a que la autoridad supervisora obtenga el conocimiento preciso para tomar sus decisiones.

En definitiva, en Aspain 11 llegamos a la conclusión de que en realidad, el Banco de España tiene gran parte de culpa en lo referente a la delicada situación financiera por la que atraviesa nuestro país, ya que expuesto lo anterior, consideramos que la labor de supervisión que tiene que llevar a cabo no ha sido la más correcta, a pesar de las limitaciones que puede tener para alcanzar sus objetivos. Si bien es cierto, es importante reconocer que el BCE tampoco ha ayudado a mejorar la situación, limitando así la actuación del Banco de España, tras ser cedidas a la autoridad europea gran parte de las competencias, como es el caso de la potestad sobre la política monetaria.

No obstante, creemos que junto a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, (CNMV), es responsable de la comercialización de determinados productos financieros de más que dudosa calidad crediticia que tanto han perjudicado finalmente a nuestro sistema financiero, donde si bien es cierto, las agencias de calificación crediticia, también tienen una gran responsabilidad, (por la que deberían asumir serias consecuencias, aunque ese no es el tema que nos ocupa).

Creemos conveniente destacar que el Banco de España, no solo ha fallado en su función de protección del ciudadano y usuario del sistema financiero, sino que no ha sido capaz de lograr que la liquidez fluya a los mercados, ni de que exista la tan necesaria transparencia en los mismos, sin conseguir que se produzca así, el buen funcionamiento de las entidades financieras y mucho menos, fortalecer su capacidad de resistencia ante la ocurrencia de acontecimientos adversos.

Esta situación ha originado una pérdida de credibilidad de nuestro sector financiero ya que el máximo regulador, alardeaba del mejor sistema financiero mundial sin contar la verdad falseando los datos. Por esto tenemos auditorías externas y nadie confía en nosotros.

Es urgente y prioritario un golpe en la mesa con medidas claras y definidas, donde sepamos la verdad de nuestro déficit, la verdad sobre el balance del sector financiero, dejando de dar tumbos para replicar en tiempo y forma con medidas contundentes.