Dijo que había logrado una rentabilidad de dos dígitos durante los últimos 15 años y garantizó a las víctimas que sus depósitos estaban seguros, pues invertía principalmente en instrumentos financieros "líquidos", lo que era falso, de acuerdo con la SEC.

El banco decía contar además con un equipo de más de 20 analistas para vigilar las operaciones y que estaba sujeto a las auditorías anuales de las autoridades de Antigua, lo que también era erróneo, según la SEC.


Cuando los inversores se pusieron nerviosos tras el descubrimiento del fraude presuntamente llevado a cabo por Bernard Madoff, el Banco de Stanford les dijo que no tenía ninguna inversión "directa o indirecta" en sus fondos.

En realidad, el Banco perdió unos 400.000 dólares en la trama de Madoff, según la SEC.

"Standford y un pequeño círculo de familiares y amigos con los que dirige sus negocios perpetraron un fraude masivo basado en promesas falsas y datos históricos de rentabilidad inventados para aprovecharse de inversores", afirmó en un comunicado Linda Chatman Thomsen, directora del departamento de investigaciones de la SEC.

Por su parte, Rose Romero, directora regional de la oficina de la agencia en Fort Worth (Texas), remarcó que el fraude tiene una magnitud "sorprendente" y que "ha extendido sus tentáculos por todo el mundo".

A petición de la SEC, el juez Reed O'Connor ordenó congelar los activos de Stanford, así como del director financiero del Banco Internacional Stanford, James Davis, y de la directora de inversión del Grupo Financiero Stanford, Laura Pendergest-Holt.

La agencia gubernamental también alega que hubo fraude en un programa de venta de fondos mutuos llamado Estrategia de Inversión Stanford, controlado por el multimillonario, que alcanzó un volumen de negocio de 1.200 millones de dólares.

Sus directores también se inventaron los datos históricos de su gestión, lo que atrajo suficiente capital para generar 25 millones de dólares en ingresos por tasas entre 2007 y 2008, según la SEC.

Se trata del segundo fraude a gran escala destapado en Estados Unidos en poco más de dos meses, después de que en diciembre se revelara el llevado a cabo por Madoff, quien ha confesado que asciende a 50.000 millones de dólares, según la fiscalía.