Incluso está dispuesto a facilitar fondos adicionales para rescatar a bancos que luchan por evitar la bancarrota, sugirió hoy la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, en el programa "This Week" de la cadena ABC. Pelosi dijo que probablemente se requerirá "alguna inversión adicional" a los 700.000 millones aprobados el año pasado para devolver la estabilidad a los bancos y reactivar los préstamos. Eso sí, subrayó, en ese caso, el Gobierno debería recibir acciones a cambio y trasladar los ingresos a los ciudadanos para compensarlos de alguna manera.
Timothy Geithner, a quien Obama nombró como su secretario del Tesoro y que está pendiente de que el Senado confirme su designación, afirmó la semana pasada que, de momento, el Gobierno no planea pedir más dinero al Congreso.
El nuevo plan de estímulo en el que trabajan el Gobierno y el Congreso prevé que dos tercios de los fondos se destinarán a inversiones y el resto a recortes de impuestos. El objetivo es crear o evitar la pérdida de entre tres y cuatro millones de empleos. Si es aprobado, Obama quiere que esto suceda antes del 16 de febrero, sería el mayor plan de estímulo aprobado nunca en ese país. Los demócratas procuraron rebajar las expectativas e insistieron en que la crisis no se resolverá de la noche a la mañana.
El director de Economía Nacional de la Casa Blanca, Lawrence H. Summers, resaltó que "los problemas no surgieron en un día, en una semana, un mes o incluso en un año y no se resolverán tan rápido". Afirmó en el programa "Meet the Press" de la cadena NBC que "incluso si nos movemos lo más rápido posible a la hora de impulsar la economía, también tenemos que procurar que tengamos un plan adecuado que nos sirva en el tiempo". El asesor de Obama afirmó que el Gobierno podría afrontar un gasto de más de 1 billón de dólares para estimular la economía y rescatar instituciones financieras, pero también dijo que habrá que mantener una disciplina fiscal una vez la economía se recupere. También se mostró partidario de acabar con los recortes de impuestos autorizados por Bush para los ciudadanos que ganan más de 250.000 dólares.
En la el lado opuesto, los republicanos reclaman mayores recortes impositivos y consideran que los proyectos de gasto del plan de estímulo no podrían llevarse a cabo lo suficientemente rápido para que tenga un efecto positivo en la economía.
El líder de la minoría republicana en la Cámara Baja, John Boehner, destacó que Estados Unidos "no va a volver al camino de la prosperidad prestando y gastando dinero".
La semana pasada, Obama se reunió con líderes del Congreso y prevé hacerlo de nuevo el martes, pero el republicano afirmó que existe poco apoyo al plan tal y como está configurado actualmente.
Así también lo vio el senador por Arizona y ex contrincante de Obama, John McCain, quien aseguró en el programa "Fox News Sunday" que está "en contra de la mayoría de los provisiones de fondos en la ley. Tal y como está ahora, no la apoyaré", dijo.

