Así lo reveló la compañía en un comunicado divulgado este miércoles en el que el consejero delegado de Airbus, Guillaume Faury, destacó que los resultados hasta septiembre "reflejan un sólido desempeño en toda la empresa", así como su "esfuerzo" para contener costes e impulsar su competitividad.
"A medida que continúa la recuperación mundial, la compañía vigila de cerca los riesgos potenciales que puede haber para nuestra industria. Estamos centrados en asegurar la rampa de la familia A320 y nos estamos esforzando por garantizar que las capacidades industriales y de la cadena de suministro estén en su lugar adecuado", explicó Guillaume Faury.
Los pedidos netos de aviones comerciales tras cancelaciones a descendieron a 133, un 55% menos que los 300 del año 2020. No obstante, los ingresos generados por las actividades aeronáuticas aumentaron un 21%, "lo que refleja en gran medida el rendimiento de las entregas en comparación hasta septiembre de 2020, periodo que se vio fuertemente afectado por la Covid-19".
Con ello, la cartera de pedidos de la compañía alcanzó 6.894 aviones comerciales a 30 de septiembre de 2020.
Los ingresos consolidados aumentaron un 17%, hasta los 35.200 millones de euros, frente a los 30.200 millones de euros ingresados hasta septiembre de 2020. En total, se entregaron 424 aviones comerciales, un 24,3% más que en el mismo periodo del ejercicio anterior.
El resultado neto de explotación (EBIT) ajustado de Airbus alcanzó los 3.369 millones de euros, superando las pérdidas de 125 millones registradas hasta septiembre de 2020. El EBIT consolidado superó 3.437 millones de euros y dejó atrás los 2.185 millones perdidos en los nueve primeros meses de 2020.
Para 2021, Airbus prevé que la economía mundial, el tráfico aéreo, las operaciones de la compañía y la capacidad de entrega de productos y servicios dejarán de sufrir "disrupciones" y evolucionarán con normalidad.
Por ello, Airbus actualizó su objetivo de entregas de aviones comerciales y lo elevó a 600 para el cierre del año. Asimismo, la compañía espera terminar el año con un EBIT ajustado de 4.500 millones de euros y un 'cash flow' de 2.500 millones de euros.