2011 puede proporcionar otro año fuerte para las acciones de Japón. De hecho es un raro placer celebrar que haya sido el mercado de mejor comportamiento el último trimestre. Ello es en parte atribuible a la fortaleza de su moneda, pero este mercado está mostrando elevada resistencia a pesar de la revalorización del Yen (más de 15 por ciento frente al dólar y 23 frente al euro), más impresionante si cabe dado que Japón se considera un mercado de exportaciones.

Fuerte repunte de márgenes
De hecho el sector empresarial japonés ha visto un fuerte repunte de márgenes de beneficio a pesar del Yen, reflejo de la rápida reestructuración de sus empresas y drástica reducción de costes. Los beneficios antes de impuestos han aumentado 96 por ciento respecto a 2008 (pre-Lehman) y la reducción de gastos ha disminuido el punto de equilibrio de las ventas un 13 por ciento, el mayor cambio en 25 años con datos comparables. De hecho ha sido la mayor ola de reestructuración empresarial desde el final de la segunda guerra mundial. Parte de esta reducción de costes y reestructuración se ha producido mediante la subcontratación de producción a Asia, que ya recibe casi dos tercios de sus exportaciones, mientras que EEUU sólo 16 por ciento.

Además en Japón ha habido 773 operaciones de fusión y adquisiciones completadas entre empresas cotizadas no financieras los últimos cinco años, con un valor agregado de aproximadamente dos por ciento del PIB, inferior a siete de EEUU y cuatro de la Zona Euro. Ello se debe a que las empresas japonesas realizan compras incrementales más que grandes operaciones de transformación y han tenido que pagar mucho menos, con primas de 21 por ciento promedio, frente a 25 de Europa y 33 en EEUU.

Mientras el desempleo es sólo 5,1 por ciento y la proporción del trabajo en la renta nacional ha venido cayendo desde finales de los 90 junto con el envejecimiento de la población.

Rentabilidad por dividendo mayor que en S&P500
Las valoraciones actuales siguen bajas, pues los beneficios pueden aumentar 15 por ciento interanual durante el año fiscal 2011 y las acciones cotizan a 1.1 veces el valor contable, considerablemente inferior a otros mercados y a 14 veces los beneficios esperados, lo que refleja en parte la alta proporción de empresas manufactureras de final de ciclo.

Mientras el flujo libre de caja empresarial ya supera 30 por ciento del PIB. Además el balance de las empresas es fuerte, de bajo apalancamiento, capaz de impulsar la rentabilidad. De hecho el crecimiento de la inversión de capital prevista es diez por ciento.

Además las recompras de acciones y dividendos están aumentando en el índice TOPIX, hasta el punto que su rentabilidad por dividendo es ya mayor que en el S&P500. La última vez que esto ocurrió fue en 1972.
En definitiva, se trata de un mercado olvidado. Desde el cambio de Milenio el 80 por ciento de sus acciones de menor capitalización tiene menor cobertura de los analistas, pero el índice de confianza de pequeñas empresas Shoko Chukin ya se ha recuperado a niveles de antes de 2008.