Estados Unidos ha entrado en una situación de paralización administrativa parcial (shutdown) por primera vez en 17 años, después de que el Congreso fuera incapaz de llegar a un acuerdo anoche sobre el presupuesto para 2014 o sobre una prórroga presupuestaria.
A este asunto, considerado menor por los analistas, se le une un tema mucho más importante. El Congreso debe autorizar elevar el límite de deuda, también conocido como techo de endeudamiento, techo de gasto o debt ceiling. El secretario del Tesoro, Jack Lew, ha anticipado que el plazo máximo para elevar el techo de gasto finalizará a mediados de octubre (se habla del jueves 17 de octubre).
Este asunto es más importante porque podría llegar a provocar un default o quiebra del Tesoro, al no poder cumplir con sus obligaciones financieras. En 2011, la negociación con la oposición fue tan larga y dura, que Standard & Poor's recortó el rating de Estados Unidos por la incertidumbre generada durante el proceso. El principal indicador mundial registró una corrección superior al 15% en ese periodo.
Respecto al problema del presupuesto, los demócratas ven un camino claro para salir de esta crisis. Quieren que Boehner, líder republicano, permita a la Cámara de Representantes votar una prórroga presupuestaria hasta el 15 de noviembre, que incluya la financiación de la reforma sanitaria.
Los republicanos se niegan, debido a que recuerdan la experiencia de las últimas negociaciones, donde finalmente Obama resultó ganador y no fue obligado apenas a realizar concesiones.
Lo cierto es que, sea como sea, deben llegar a un acuerdo si quieren evitar los “efectos secundarios” para la economía estadounidense. En este sentido, Morgan Stanley cifra en 15 puntos básicos por semana el impacto negativo del shutdown en la tasa de crecimiento real del PIB de Estados Unidos del cuarto trimestre de 2013. La firma americana destaca que esta es la primera vez en 17 años que no se llega a un acuerdo sobre los Presupuestos, afectando duramente a las administraciones y provocando el despido de algunos empleados federales.
El bróker también espera el retraso y el deterioro en la calidad de la mayoría de los indicadores económicos que se publicarán en las próximas semanas. Lo cierto es que los datos macroeconómicos previstos para hoy y dependientes del Gobierno no se han publicado. Si se prolonga el apagón del Gobierno, podría no publicarse el crucial Informe de Empleo de septiembre.
¿Y qué podría suponer no llegar a un acuerdo sobre el techo de gasto?
En su última rueda de prensa, el presidente de la Fed, Ben Bernanke, comentó que “los próximos debates fiscales pueden implicar riesgos adicionales para los mercados financieros y la economía global”.
Chris Krueger, analista de Guggenheim Securities, ha comentado que “el cierre del Gobierno es un problema muy serio, pero no es nada comparado con lo que ocurriría si Estados Unidos no logra elevar el techo de deuda”.
En la misma dirección, Capital Economics afirman que “la incertidumbre será negativa para las bolsas. El precedente de hace dos años estuvo acompañado de una gran caída en el mercado, que no se recuperó hasta meses después”.
Estos expertos añaden que “la sensación de calma actual podría durar poco, ya que la falta de acuerdo sobre el presupuesto es un mal precedente para negociar sobre el techo de gasto, la gran amenaza. Cuanto más tarde en resolverse el asunto del presupuesto, más nerviosos se pondrán los inversores”.
C.P.O.