Muchos analistas se preguntan si los inversores deben preocuparse por no estar preocupados. Los indicadores, apunta CNBC, apuntan a una navegación sin incidentes en el horizonte: los diferenciales de crédito se están reduciendo, el VIX (índice de volatilidad) se acerca a niveles previos a la crisis...

En este sentido, Evan Lucas, de IG, advierte que la situación actual “es ridículamente complaciente” y apunta a que el VIX está en su nivel más bajo desde 2005, lo que sugiere que hay demasiada confianza: “Es entonces cuando los minoristas comienzan a entrar. Siempre al final de un rally”.

Incluso la Reserva Federal (Fed) se ha metido en esta preocupación por la complacencia: “La volatilidad de los mercados es ahora inusualmente baja”, señaló el mes pasado el presidente de la Fed de Nueva York, William Dudley. “Estoy nervioso porque la gente está demasiado cómoda en este periodo de baja volatilidad y como consecuencia de ello toma riesgos mayores”.

Por el contrario, Dan Greenhaus, de BTIG, considera que “decir que los inversores son complacientes está en nuestras mentes, no tiene sentido. Decir que otros son complacientes es una forma breve de señalar: 'He estado preocupado por X e Y, pensé que ocuriría algo y no lo hizo, por lo que todo el mundo debe ser complaciente'”.

En conversaciones con sus clientes ha notado que no hay escasez de preocupaciones, desde el fin de las compras de activos de la Fed, pasando por las altas valoraciones de las acciones, hasta Ucrania. “Hay mucho por lo que preocuparse, como ya sucedió en 2010, 2011, 2012 y 2013”, afirma.

S.C.