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    Operaciones Especulativas

    ¿Qué son las Operaciones Especulativas?

    Las operaciones especulativas tienen un enfoque de inversión en el que el inversor pretende comprar o vender acciones, divisas u otros activos únicamente para obtener un beneficio rápido. En estos casos, el inversor se conoce como especulador. Es una actitud de inversión que mucha gente desprecia. Este tipo de inversión suele tener un riesgo de pérdida importante. El especulador se arriesga a perder la mayor parte o la totalidad de su inversión inicial, pero espera obtener un beneficio considerable. El motivo del especulador es aprovechar al máximo las fluctuaciones del mercado.

    La especulación suele basarse en la expectativa de un acontecimiento futuro o en la idea de cómo podría reaccionar el mercado de inversión en su conjunto ante tales expectativas. Los inversores que participan en la especulación son habituales en los mercados en los que los precios de los valores fluctúan considerablemente. Desempeñan un papel vital en los mercados al absorber el riesgo excedente e inyectar la tan necesaria liquidez en el mercado al operar donde otros inversores no se atreven.

    Cuando alguien compra algo a un precio bajo y lo vende a un precio más alto, está especulando. Si lo hace rápidamente, es decir, si vende poco después de comprar, está especulando.

    Diferencias entre operaciones de inversión y operaciones especulativas

    Las principales diferencias entre ambas tienen que ver con el margen temporal y con las creencias de los propios inversores, o más bien en cuanto a su filosofía. Las operaciones de inversión suelen ser operaciones a largo plazo en las que el inversor cree que, en el proyecto, en el negocio o en el activo que está invirtiendo después de haber hecho un análisis y sin tener muy en cuenta las condiciones actuales de mercado ya que su plazo temporal es amplio.

    Por ejemplo, un inversor que compre Apple después de analizar la compañía y estudiar sus balances y proyectos no tiene en cuenta si la acción está cayendo en estos momentos o ha entrado en una dinámica bajista actualmente. Sino que, su visión está en el crecimiento que esa empresa pueda tener en los próximos años. Así las cosas, es un estilo de inversión que se caracteriza por el estudio y por el análisis fundamental de las empresas.

    Por otro lado, las operaciones especulativas suelen ser mucho más cortoplacistas y buscan beneficiarse del contexto actual de mercado. Generalmente, suelen emplear el análisis técnico y no miran el fundamental. En este caso, una operación especulativa sería aquella en la que un inversor se pone en corto cuando la bolsa está cayendo y para beneficiarse de las caídas pone un “short” sobre el S&P 500 para cerrar la operación en pocas semanas o meses. A veces son operaciones que suelen durar tan solo unas horas.

    En el mismo sentido, se le presta poca atención a lo que hay detrás de las caídas o subidas o al proyecto en sí. El inversor solo buscaría beneficiarse de la actual tendencia de mercado en un corto plazo, con todos los riesgos que eso implica.

    Un especulador presta poca atención al valor fundamental de un activo y se centra totalmente en los movimientos del precio. La especulación es especialmente común en los mercados de bienes inmuebles, derivados, objetos de colección, obras de arte y divisas. También es común en los mercados de futuros de materias primas, bonos y acciones. Recientemente se ha visto todavía más en el mercado de las criptomonedas con subidas y caídas muy pronunciadas donde los especuladores han jugado un papel fundamental en esos movimientos. Por tanto, son dos formas de entrar en el mercado muy diferentes, aunque no son incompatibles ya que un mismo inversor puede emplear ambas.

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