¿Qué son las Blue Chips?
Los "Blue Chips" son valores de alta capitalización bursátil; es decir, aquellas acciones cuyo valor (precio acción x nº total de acciones) es de los mayores del mercado.
Cuando se habla de un "blue chip" se hace referencia a en una empresa madura, que lleva años siendo líder en su mercado, con un balance muy sólido y una alta capitalización bursátil, lo que se traduce en mucha liquidez (gran oferta y demanda de sus acciones) y estabilidad en los precios. Normalmente suelen ser empresas que reparte un dividendo estable y creciente en el tiempo.
El término cambia en función de cada mercado y no hay unos rangos establecidos. Ya que las blue chips de España en Estados Unidos se las consideraría empresas de pequeña o mediana capitalización. Por ejemplo, en nuestro país serían empresas como Inditex, Banco Santander, CaixaBank o BBVA. Mientras que en Estados Unidos serían compañías como Apple y Microsoft. Es decir, todas ellas son compañías consolidadas en el mercado, que llevan cotizando muchos años, cuya capitalización bursátil es muy elevada – las más altas del mercado – y que, además, cuentan con un balance sólido.
Origen del término blue chips
Oliver Gingold, que trabajaba en Dow Jones, acuñó la expresión "Blue Chip" en 1923. Este término se puso de moda después de que Gingold se diera cuenta de que varios valores cotizaban a 200 dólares o más por acción. Las denominó "acciones Blue Chip" y escribió un artículo sobre ellas. Así nació la frase. Desde entonces, el término se ha utilizado para referirse a los valores de alto precio, pero ahora se utiliza más comúnmente para referirse a los valores de alta calidad.
Se trata de valores que suelen ofrecer una rentabilidad superior a largo plazo. Algunas personas también relacionan las acciones blue chip con los discos azules de las apuestas en el juego del póquer, donde el disco azul tiene el valor más alto mientras que el blanco tiene el más bajo. Se pueden tener en cuenta varios parámetros para identificar a las empresas de primera categoría. Entre ellos se encuentran la constancia de los ingresos anuales durante un largo periodo, la estabilidad de la relación deuda- capital, el rendimiento medio de los fondos propios (RoE) y la relación de cobertura de intereses, además de la capitalización bursátil y la relación precio-beneficio (PE).
Pros y contras de las blue chips
Estos valores se consideran normalmente de bajo riesgo porque tienden a registrar beneficios constantes y, en la mayoría de los casos, pagan dividendos a los inversores. Los inversores suelen confiar en ellos, en parte porque tienen una gran capitalización bursátil. Son lo contrario de las acciones de bajo coste, que suelen tener un precio más bajo y menos estable y no pagan dividendos con tanta regularidad.
Pero, estos valores no son inmunes a las caídas o a la quiebra. De hecho, cuando se produce una mala noticia sobre ellas, como una importante caída de beneficios, suelen arrastrar al conjunto del mercado y generar miedo entre los inversores. Por el hecho de que son consideradas empresas seguras.
Aun así, este tipo de valores son buenos para los inversores que quieren ver ganancias constantes en su cartera, pero para los especuladores, no suelen tener el movimiento a corto plazo necesario para muchas estrategias de trading. Es poco probable que los operadores a corto plazo vean movimientos drásticos día a día en el precio de una acción de este estilo debido a su capitalización de mercado relativamente estable.
Así, si eres un inversor de largo plazo, las blue chips suelen ser una buena apuesta, aunque no hay nada 100% seguro. Pero, si lo que buscas es el trading, es mejor mirar a otros valores más volátiles.
