}

    Saldo

    Actualizado a:
    Juan Ángel Hernández.   Editor de  de Estrategias de Inversión    

    ¿Qué es el saldo?

    Cuando hablamos en términos de contabilidad, el saldo hace referencia al resultado de las operaciones registradas en una cuenta contable. Se refiere a la diferencia entre los débitos y los créditos en una cuenta. Es decir, es la resta entre lo ingresado y lo pagado, generalmente. Aunque, depende de si los débitos son mayores o menores que los créditos, el saldo puede ser:

    1. Saldo deudor: se produce cuando el total de los pagos es mayor que el total de los ingresos. Este tipo de saldo es común en cuentas de activos y gastos.
    2. Saldo acreedor: Se da cuando el total de los ingresos es mayor que el total de los gastos. Este tipo se suele dar en cuentas de pasivos, patrimonio e ingresos.
    3. Saldo cero: Finalmente, este saldo cero ocurre cuando el total de los débitos es igual al total de los créditos, resultando en un saldo de cero.

    La importancia del saldo radica en que se trata de algo fundamental para es una entender el estado de una cuenta específica dentro del sistema contable. Algo que, a su vez, permite a los contables y analistas financieros evaluar la situación financiera de la empresa.

    Es importante no confundir saldo con liquidez, ya que la liquidez en contabilidad se entiende como la capacidad de una empresa para convertir sus activos en efectivo de manera rápida y sin pérdida significativa de valor. Por tanto, son cosas diferentes y no se deben confundir en ningún caso. La liquidez, además, es un concepto dinámico que evalúa la capacidad de una empresa para cumplir con sus obligaciones financieras a corto plazo.

    Ingresos de una empresa

    Los ingresos hacen referencia al dinero que una empresa genera a través de sus actividades principales, como la venta de bienes o la prestación de servicios. Aunque no solo eso, así hay que entender los ingresos como todo el dinero que entra dentro de las cuentas de la compañía.

    Generalmente, hay que hacer dos separaciones: ingresos operativos e ingresos no operativos. Los primeros son todos los que tienen que ver con la actividad principal de la compañía, mientras que los segundos son aquellos que provienen de otras actividades, como puede ser la inversión.

    Los gastos de una empresa

    Por su parte, los gastos son los costes que la empresa incurre en el proceso de generar ingresos. Dicho de otra manera, es la partida que representa las salidas de dinero o el consumo de recursos necesarios para llevar a cabo las operaciones de la empresa.

    Dentro de ellos, también hay que hacer separaciones entre los costes operativos, que son los relacionados con la producción o adquisición de los bienes vendidos o servicios prestados, como el costo de los materiales o salarios de los empleados; los gastos no operativos, que se producen de otras actividades que no tienen que ver con el desarrollo principal de la compañía, como intereses de deuda o las pérdidas por la venta de activos. Finalmente, se encuentran también los gastos generales o costes de administración que engloban partidas como alquiler, servicios públicos, marketing, y otros gastos necesarios para mantener las operaciones diarias.

    De esta manera, el saldo se entiende como la diferencia de los ingresos mencionados y de los gastos mencionados bien en general o bien partida por partida, como hemos analizado. En cualquier caso, sirve para que los contables o analistas financieros conozcan el estado de la empresa.

    Por último, cabe mencionar que el saldo en sí mismo no se mide con un ratio específico, debido a que solamente se define y se calcula como la diferencia entre los débitos y créditos en una cuenta contable. Ahora bien, existen otros ratios que se relacionan con conceptos de saldo o que lo utilizan.

    X
    Volver arriba