El mercado es una inmensa multitud de gente. Cada miembro de esta multitud intenta tomar el dinero de las manos de los otros miembros siendo mejor que ellos. ¡El mercado es un tipo de entorno particularmente duro, porque todo el mundo está contra usted y usted contra los demás! El precio es el consenso momentáneo entre compradores, vendedores y operadores indecisos. Así definía Alexander Elder en su gran obra “Trading for a Living” en 1.993; el mercado y el precio. Estas dos definiciones tienen mucho que ver con el capítulo 8 del Inversor Inteligente, obra de Benjamin Graham, en la que define el mercado con la metáfora de Mr. Market; ¡un maníaco depresivo capaz de pagar cualquier barbaridad cuando la bolsa sube y de pronto, sin motivo aparente, deshacerse de las mismas acciones a cualquier precio como consecuencia del pánico! El inversor inteligente es aquel que paga un precio justo en el mercado y que comprende la inacción en momentos de irracionalidad. Por este motivo, el comportamiento del inversor delante de las fluctuaciones del mercado es absoluta e indiscutiblemente clave para tener éxito en el mercado.


Sabemos que el Trading es una competición en la que el dinero no desaparece, ¡simplemente cambia de cuentas! y nuestro propósito es ser mejores que el resto para lograr la tan ansiada consistencia, asumiendo con mucha humildad nuestros repetidos fracasos y tratar de buscar ideas inteligentes de inversión para sacar tajada del mercado, a través de una estrategia completa de Trading.


El mercado se mueve por modas, y el miedo de los inversores a perder sus ahorros hace que siempre tengamos la mirada puesta en un tema u otro de inversión. Sin ir más lejos, en los últimos años hemos pasado del cénit del petróleo, al tapering, pasando por la burbuja del oro, la prima de riesgo y la quiebra del euro. ¿Recuerdan? el mercado siempre está lleno de bulos y falsas creencias infundadas. La realidad de éste es muy simple y el sentido común es una de las cualidades que debe, sin contemplación, tener todo buen Trader.

Hoy el mercado tiene dos grandes dudas; la primera consiste en saber si el final del tapering significará un drama en la Renta Variable americana y a su vez si dicho suceso tendrá efectos colaterales sobre la RV europea. El miedo no parece infundado y está claro que las grandes divergencias de los diferentes mercados financieros debería tender a regularse. Pero si bien es cierto que concibo un mercado americano corrigiendo, con un mercado europeo alcista, no concibo un crash en USA sin que se traslade a todo el conjunto de activos cotizados. Al fin y al cabo, tampoco parece infundado pensar que los mercados de capitales se han ajustado a la abundancia de liquidez instaurada por los principales bancos centrales y que de alguna manera, los precios responden más a la codicia que a la razón, o mejor dicho, ¡a la inversión inteligente! Pero delante de la constante duda acerca de si la bolsa subirá o bajará, mi respuesta es clara; ¿A quién le importa?

Personalmente, me asombra que profesionales del Trading transmitan esa sensación de constante angustia, cuando las políticas de gestión monetaria nos protegen de las grandes pérdidas y el análisis técnico nos advierte de la dirección del mercado. El Trading no consiste en una lucha de egos en el que gana quien tiene más veces razón. El Trading es un negocio en el que el sentido común y la consistencia se imponen al miedo y al pánico. En este sentido, más que tratar de formar parte del grupo postulando y defendiendo a capa y espada un lado u otro del mercado, creo que es más sensato posicionarse en el lado correcto del mercado y éste no es otro que el de la incertidumbre. En efecto, el sentido común me hace comprender que mis propias dudas, son las dudas del mercado y en lugar de tratar de imponer una opinión, simplemente trato de adaptarme a lo que dicho mercado nos ofrece, sabiendo de antemano que puedo equivocarme y que por lo tanto, trataré de justificar mi operativa con una política de gestión monetaria que me impida quedarme atrapada en caso de error. De esta manera, me alejo de la incertidumbre, puesto que como Trader me he adaptado a vivir en ella y por este motivo, comprendo la operativa bursátil como la ejecución de ideas, puesto que nuestra profesión nos permite operar en tendencias alcistas, bajistas o en rango y habitualmente los momentos más inciertos generan mayores oportunidades operativas y eso deriva en lo que en Blackbird denominamos; ¡estrategias de explosión! es decir, repuntes bruscos de volatilidad.

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En este sentido, buscaría comprar volatilidad de dos maneras. La primera es la más sencilla, comprar volatilidad aprovechándonos del mejor instrumento financiero para hacerlo; ¡las opciones! En este sentido, compraríamos una opción Put sobre el Nasdaq, el índice que más ha subido de los tres grandes americanos y lo haríamos buscando una corrección secundaria al impulso precedente previo, que según Charles Dow podría ser equivalente a 1/3, la 1/2 ó 2/3, del movimiento precedente previo, lo que implicaría caídas de entre un -10 y un -20%. Podríamos aplicar diferentes estrategias como un “Cono” o bien una “Mariposa”, pero en esta ocasión compraremos exclusivamente volatilidad cubriendo la delta de la opción, es decir, el factor dirección, para eliminar el riesgo específico de mercado quedándonos únicamente con el riesgo tiempo y volatilidad. En este sentido, compraríamos un Futuro y compraríamos al mismo tiempo las opciones Puts necesarias en función de la Delta. Me explico; si el parámetro delta es de -0'25 implicaría comprar 4 opciones Put para cada Futuro o bien comprar dos Futuros en el caso de que la Delta fuera -0'40. Corregido el factor Delta mediante Futuros inhabilitamos el factor dirección y nos quedamos la volatilidad entera esperando que un salto en dicha volatilidad, ¡nos proporcione las ganancias que esperamos!

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La segunda manera de aprovechar la incertidumbre reinante, es mediante el Futuro del VIX. El VIX es realmente el “Chicago Board Options Exchange Market Volatility Index”. En el momento en que hay alta volatilidad, el VIX alcanza una cifra elevada y se correlaciona con caídas del S&P 500, indicándonos que en el mercado hay miedo y pesimismo y suele coincidir con mínimos en el índice de referencia, es en estos momentos donde se producen fuertes movimientos en los mercados bursátiles y viceversa en momentos de complacencia, en los que el VIX alcanza niveles mínimos generando oportunidades de venta al descubierto en el Futuro del S&P 500; de esta manera, el VIX es un indicador contrarian. El contrato recomendado para operar el VIX es el Mini, que equivale a 5 USD para cada 0'05 puntos de oscilación. En este sentido, compraríamos volatilidad con una estrategia de salida con objetivos, puesto que el VIX tiene un camino finito, ya que al medir la volatilidad, por mayor que sea el miedo del mercado, ésta siempre tiende a una regresión a la media.

Así pues, como Traders debemos ser camaleónico y estudiar no solamente qué técnicas de análisis tenemos para tratar de predecir los precios, sino que tipos de activos son los que tenemos y qué instrumentos financieros son de los que disponemos para desarrollar nuestras ideas, basadas más en el sentido común que en la predicción, pues al final como siempre he defendido, el Trading es un entorno especialmente hostil y a veces retirarse no implica una derrota, más bien la habilidad de adaptarse al entorno para contraatacar con más fuerza, y hoy creo que es el momento de asestar un duro golpe a la complacencia empezando a buscar Trading en volatilidad, para de esta manera ¡convertir duda en oportunidad! aplicada siempre, a mi Plan de Trading.