Jeremy Hunt hará una declaración a última hora del lunes sobre cómo pretende Reino Unido situar las finanzas públicas en una senda sostenible, según ha anunciado el Tesoro británico. Este anuncio ha ayudado a evitar una nueva venta masiva en los mercados a primera hora del lunes. La libra esterlina subía un 0,8%, hasta 1,126 dólares.
El Tesoro ha explicado que Hunt se reunió con el gobernador del Banco de Inglaterra y el jefe de la Oficina de Gestión de la Deuda el domingo por la noche para informarles de sus planes. El presupuesto completo a medio plazo del ministro de Finanzas se entregará aún el 31 de octubre, junto con una revisión por parte del organismo de control fiscal del Reino Unido, la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria.
Pero los inversores siguen en vilo. No quedaron satisfechos el viernes después de que la primera ministra Liz Truss despidiera a Kwasi Kwarteng, su anterior ministro de finanzas, y reinstaurara una gran subida de impuestos a las empresas. La propia Truss se enfrenta a serias dudas sobre si podrá mantener su puesto después de que los mercados financieros rechazaran su controvertido paquete económico, que pretendía impulsar el crecimiento recortando los impuestos y aumentando el endeudamiento.
Su gobierno se ha visto sometido a una gran presión por parte de los inversores y de otros miembros del Partido Conservador desde que se dio a conocer el plan hace apenas tres semanas. Aunque Truss ha dado marcha atrás en muchas de las medidas, incluido un plan para recortar el tipo del impuesto sobre la renta de las rentas más altas, no ha conseguido restablecer la confianza.
Los inversores también están pendientes del mercado de bonos el lunes, después de que el Banco de Inglaterra pusiera fin el pasado viernes a su programa de compras de emergencia por valor de 65.000 millones de libras, con el que pretendía ayudar temporalmente a los fondos de pensiones afectados por el tumulto del mercado.
Aunque el banco central compró finalmente menos de 20.000 millones de libras en deuda pública, la intervención -anunciada el 28 de septiembre- ayudó a proporcionar cierta tranquilidad mientras el mercado de bonos se agitaba. El Banco de Inglaterra ha asegurado hoy que las operaciones “permitieron aumentar significativamente la resistencia del sector”.