Las Actas muestran un BCE más dovish ante  riesgo de recesión más evidentes

Con la desaceleración del crecimiento y de la inflación durante meses, el presidente del BCE, Mario Draghi, ha prometido más estímulos desde septiembre y un flujo constante de datos desalentadores, no ha hecho más que reforzar los argumentos a favor de un mayor apoyo. Las actas de la reunión mostraron que las opciones sobre la mesa para el BCE incluyen una combinación de recortes de tipos, compra de activos y cambios en las orientaciones sobre tipos de interés.  El banco también podría ofrecer más apoyo al sector bancario, que transmite una política fácil a la economía real a través de una reducción del tipo de interés negativo del BCE.

Los responsables políticos en la reunión de julio también expresaron su preocupación, ya que los datos entrantes apuntaban a otro recorte en las previsiones del BCE y los problemas fuera de la zona euro amenazaban con infectar a la economía del bloque. "Los indicadores disponibles en la actualidad apuntan a un crecimiento más lento en el tercer trimestre de 2019, lo que plantea dudas más generales sobre la recuperación prevista para el segundo semestre del año", dijo el BCE.

"Los riesgos de recesión se han hecho más omnipresentes y su persistencia podría requerir en última instancia una revisión del escenario de crecimiento de referencia", añadió el organismo.

Con una ralentización más prolongada, también existía el riesgo de que la debilidad de la industria se extendiera a los servicios, ya que la industria manufacturera tiende a ser uno de los principales indicadores.

La zona euro apenas creció en el segundo trimestre y Alemania, la mayor economía del bloque, puede estar ya en recesión como consecuencia de una guerra comercial mundial, la desaceleración de China y la incertidumbre de Brexit frenan la demanda de exportaciones.