Según la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento de Trabajo de Estados Unidos, el índice de precios de consumo (IPC) del país se situó en abril en el 2,3% interanual, lo que representa una leve desaceleración de una décima en comparación con el mes anterior. Los analistas habían esperado que se mantuviera estable en el 2,4%.
Por otro lado, el índice subyacente, que excluye los precios de los alimentos y la energía debido a su mayor volatilidad, cerró el cuarto mes del año con un incremento del 2,8%, manteniéndose sin cambios y con la tasa más baja desde marzo de 2021.
Los alimentos experimentaron un aumento del 2,8% en sus precios, mientras que los productos energéticos fueron un 3,7% más económicos en abril en comparación con el mismo mes del año anterior.
En términos mensuales, el IPC general aumentó un 0,2% en abril, revirtiendo la tendencia negativa del mes anterior, mientras que el IPC subyacente también subió una décima, alcanzando el 0,2%.
Las lecturas de abril del IPC podrían tener implicaciones en la normalización de la política monetaria por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed). Si bien el dato general apunta a un cierto alivio en cuanto a la inflación, el índice subyacente no refleja la misma tendencia, lo que podría influir en las decisiones futuras de la Fed en relación con las tasas de interés y otras medidas económicas.
