El DAX estrena diez nuevos valores ¿Qué ventajas trae el  DAX 40? 

Corría el 1 de julio de 1988. Frank Mella, redactor del periódico financiero alemán Börsen-Zeitung, había ideado a petición de su editor un índice para Alemania como centro financiero. El resultado, el índice bursátil alemán (Dax), se publicó por primera vez aquel viernes. Hasta el viernes, este barómetro bursátil ha mostrado la evolución de las 30 empresas más grandes y con mayor liquidez del mercado de valores alemán. Un índice que se ha mantenido sin cambios. Hasta hoy. El índice se reforma en un plan que contempla varios puntos aunque el más importante es que el DAX pasa de 30 a 40 valores  con unos criterios para formar parte del índice como tener resultados positivos a partir de diciembre  y se instauran obligaciones de notificación y normas de cumplimiento normativo.

Unas medidas que se toman para “limpiar” el daño en la reputación que supusieron casos como el de WireCard o la sensación entre muchos analistas de que en el índice cotizan empresas con un elevado endeudamiento y pocas compañías rentables. . ¿Qué opinión merece entonces el índice bursátil más importante de Alemania? ¿Cómo se ha comportado en comparación con otros índices europeos? ¿Y qué mejoras supondrá la reforma?

EL DAX ES MEJOR COTIZANDO QUE SU REPUTACIÓN

Las dos primeras cuestiones las hemos abordado en el estudio Dax: Leit- oder Leidindex (Dax: índice de referencia o de sufrimiento) elaborado por el Flossbach von Storch Research Institute, y los resultados muestran que, a decir verdad, el Dax es mejor que su reputación, asegura Kai Lehmann, analista de investigación senior del Instituto Flossbach von Storch

Desde 2010 hasta el 30 de septiembre de 2020, el Dax 30 registró un aumento de valor cercano al 113 %, incluyendo dividendos.  Un índice que se comportó mejor que el esto de índices europeos con el índice suizo (SMI) como único índice que logró un rendimiento superior en el período. 

DAX. Evolución histórica del DAX alemán

El rendimiento relativamente bueno del Dax 30 tiene una explicación fundamental: durante ese tiempo, el crecimiento de la facturación de las empresas del Dax fue, con una media anual del 2,4 %, muy superior al de la Cotation Assistée en Continu francesa (CAC40), con una media del 1,4 % anual, o al del IBEX español, con un 0,8 %. En cuanto a la rentabilidad o el aumento de los beneficios, con una media del 3,1 % anual, las empresas del Dax no solo están muy por delante de los índices de referencia del sur de Europa, sino que también desbancan a las empresas del SMI suizo, cuya evolución fue algo mejor.

En una comparación a nivel europeo, tampoco se sostiene la afirmación de que otros índices de referencia del continente presentan una mayor diversidad de empresas y reflejan mejor el ambiente económico general de los distintos sectores. De hecho, el índice español comprende 35 empresas; el italiano y el francés, 40 cada uno, y el suizo SMI, únicamente 20. Solo el Financial Times Stock Exchange británico (FTSE) llega a las 100 compañías, una cifra mucho más alta.

Sin embargo, esto último no significa que la diversificación de sectores sea mejor. Por ejemplo, “si tenemos en cuenta la capitalización de mercado de las empresas del Dax, el 53,8 % de ellas pertenecen a los tres sectores principales. En el caso del índice suizo, la cifra alcanza incluso el 80 %. También el FTSE 100 está por encima del valor alemán”, asegura Lehmann.

Así pues, el Dax no tiene un mayor riesgo de concentración que otros grandes índices bursátiles europeos, aunque sí presenta una proporción relativamente alta de valores de consumo cíclicos. Por el contrario, el sector de la energía y el financiero tienen una escasa representación, mientras que en los índices italiano y español tienen un peso importante, lo que a su vez explica su débil evolución. ¡Más ahora que las eléctricas españolas están sufriendo el Decreto  del Gobierno para controlar  la subida de la luz! 

El plan de Deutsche Börse de reestructurar el Dax 30 después de más de tres décadas de existencia se antoja un resurgimiento que, según la propia Deutsche Börse, pretende convertir el índice en una referencia “más resiliente y representativa”. A partir de ahora, solo las empresas rentables podrán incorporarse al índice alemán, y deberán cumplir además ciertas normas de gobierno corporativo.

Con independencia de cómo se defina el término rentabilidad y de cómo se mida esta para todos los sectores, una cosa está clara: en el futuro, los candidatos en quiebra y los que no cumplan con la obligación de publicar sus estados financieros consolidados en el plazo previsto ya no tendrán cabida en el Dax. 

EL MDAX, DE MEDIANAS COMPAÑÍAS,  SALDRÍA PERDIENDO EN FAVOR DEL DAX 40

“Si se amplía el Dax en diez valores, el número de empresas incluidas en el índice aumenta en un tercio, pero su capitalización de mercado, es decir, el valor bursátil de las acciones de sus empresas integrantes, aumenta tan solo un 8 %. En cambio, el MDax perdería un tercio de su capitalización de mercado. Si hasta ahora el Dax representaba a las 30 empresas —que a partir de hoy serán 40— con mayor volumen de negocio que cotizan en la Bolsa de Fráncfort, el Midcap o MDax agrupa a las 60 mayores empresas —que en adelante serán 50— que siguen a las compañías del Dax”, dice el experto de Flossbach von Storch.

Así pues, ¿qué habría sucedido si el Dax 40 hubiera existido desde 2010? Las nuevas empresas estarían por delante de las del Dax 30 en cuanto a rentabilidad y habrían mejorado promedios importantes. Sin embargo, la influencia absoluta sería limitada debido al tamaño, puesto que las nuevas diez empresas representarían tan solo el 9,4 % de los ingresos totales del Dax 40 para el ejercicio 2019, y el 5,9 % del beneficio neto agregado.

Además, las diez acciones adicionales solo contribuirían un 1 % a la deuda neta de los valores del Dax. El periodo de amortización de la deuda habría mejorado de 3,4 a 3,1 años en 2019. “Tenemos en cuenta, sin embargo, que se trata de una simulación y que, por lo tanto, los resultados históricos no son un indicador fiable de la evolución futura”, asegura Lehmann.

Desde la gestora reconocen que sería  deseable que en el futuro se incorporasen al Dax modelos de negocio cada vez más prometedores. Sin embargo, “está por ver si los nuevos requisitos de rentabilidad impedirán que sobre todo las empresas jóvenes con gran potencial de crecimiento, que aún no suelen tener beneficios, accedan al olimpo del mercado bursátil. No obstante, el principal problema es que los 30 grupos empresariales actuales ya representan el 75 % de la capitalización del mercado de valores alemán, por lo que faltan en el país empresas que coticen en bolsa.”

Por desgracia, que Alemania es un país poco aficionado a la renta variable no solo es cierto desde el punto de vista de los inversores; las acciones como instrumento de financiación tampoco son muy populares entre las empresas. Por eso, es necesario iniciar un amplio debate sobre qué hacer para popularizar las acciones, no solo como inversión, sino también como instrumento de financiación, a fin de que amplios sectores de la población puedan participar en el capital productivo.