Parece impensable un Ibex 35 recuperando hasta máximos anuales (un 10% de subida adicional) sin que los bancos comiencen a tirar del carro. En este entorno y desde un punto de vista técnico parece complicado que los bancos den el relevo. Los dos grandes, BBVA y Santander, junto con CaixaBank y Banco Popular presentan unas puntuaciones acumuladas inferiores a los 5 puntos. Una calificación de suspenso alcanzada por una mayoría de filtros técnicos con lecturas negativas y que apunta a que el riesgo para el precio es de mayores caídas.
 
 


Si atendemos a los fundamentos, la situación no pinta mejor. Los excesos de la burbuja continúan pasando factura. El sector financiero continúa acumulando activos inmobiliarios de forma directa los cuales se encuentran sujetos a un intenso y futurible deterioro (ver “El desplome del precio de la vivienda continuará su curso”). Por otro lado, existen dudas razonables de que la exposición real de las entidades de crédito al sector inmobiliario se encuentre infravalorada.

Escala de ratings en las principales agencias crediticias y calificación sector financiero


La agencia Moody’s (que bajó recientemente la calificación de Banco Popular) destapó una mayor exposición al “ladrillo” si contablemente se tenía en cuenta el sector al que se prestaba en lugar de la finalidad del crédito como realiza el Banco de España. De esta manera, se tienen en cuenta las refinanciaciones a empresas del sector inmobiliario independientemente del destino final del crédio. El Banco de España también ha movido ficha en este sentido y anunció a finales de abril un cambio en la normativa haciendo que las refinanciaciones se calificaran cómo subestándar y requiriesen de dotación de provisiones.

En definitiva, grandes dudas sobre un sector que se recogen en un mal comportamiento bursátil que derivan en un mal aspecto técnico y unos ratios de valoración bajos, no es de extrañar que la totalidad de los bancos coticen por debajo de su valor contable. En este entorno y si tuviéramos