A vista de pájaro de todos los indicadores mundiales, la actividad económica está cogiendo velocidad. Sin embargo, al mismo tiempo, el escenario mundial es cada vez más heterogéneo, debido a las diferentes capacidades en materia de políticas sanitarias y económicas (economías desarrolladas frente a emergentes) y a las diferentes etapas del ciclo económico (China).

Impulsores del mercado

Los impulsores del mercado han mostrado un comportamiento positive en gran medida en lo que va de año. Pueden resumirse en resiliencia, optimismo y apoyo.

- Resistencia: En muchos países, la actividad económica en el cuarto trimestre de 2020 y el primer trimestre de 2021, se vio menos afectada por la segunda ola de infección del coronavirus de lo que se esperaba. Las tasas reales de crecimiento del PIB están por encima de las estimaciones iniciales. Las medidas de contención resultaron ser más eficaces que durante la primera ola, y la política monetaria y fiscal sirvieron de apoyo.

- Optimismo: El optimismo sobre las posibilidades de que vínculo entre la movilidad y el desarrollo del virus pueda finalmente romperse en muchos países, gracias a la puesta en marcha de los programas de vacunación, ha aumentado drásticamente. Los indicadores de sentimiento han crecido significativamente, especialmente en el sector empresarial, y las previsiones de crecimiento del PIB en los próximos años se han revisado al alza.

- Apoyos: En Estados Unidos se han anunciado, y en algunos casos ya se han aplicado, varios paquetes de estímulo de gran envergadura. Al mismo tiempo, los bancos centrales de las economías desarrolladas sugieren una postura muy expansiva también para los próximos años. Las perspectivas para el futuro confirman que los tipos de interés continuarán en niveles bajos a lo largo del tiempo.

¿Está descontada la recuperación en los precios de los activos?

El resultado de esta evolución económica favorable han sido subidas de precios de los activos de riesgo, como la renta variable, y pérdidas y/o resultados inferiores de aquellos activos con alta sensibilidad a los tipos de interés (es decir, duración). A pesar de ello, la influencia de los indicadores de actividad positivos en la evolución del mercado lleva varias semanas disminuyendo. Estas son las posibles causas:

1. Las previsiones del PIB ya no se revisan al alza en este momento.

2. Los precios del mercado tienen ya descontada, al menos hasta cierto punto, una rápida e incluso acelerada recuperación mundial en el segundo y tercer trimestre.

3. Las métricas de valoración de muchas clases de activos, como la relación precio/beneficio, se encuentran en niveles elevados.

4. China se enfrenta actualmente a políticas económicas más estrictas y a un debilitamiento de su economía. El crecimiento del crédito ha disminuido durante muchos meses, y el entorno regulatorio para las empresas de comercio electrónico y el sector inmobiliario, se está volviendo más restrictivo.

5. En general, la recuperación económica de las economías emergentes (excluida China) es más débil que la de las economías desarrolladas. La capacidad de las políticas sanitarias es menor, al igual que la posibilidad de ampliar el déficit presupuestario de forma significativa. En el segundo trimestre, es probable que el PIB se reduzca tanto en Brasil como en la India, debido al alto número de nuevos contagios. Además, algunas economías emergentes con problemas de inflación han subido sus tipos de interés (Brasil, Rusia).

6. Las subidas de impuestos son cada vez más probables, al menos en Estados Unidos.

Aumento de la volatilidad

La cuestión de cuánto tiempo seguirá siendo positivo el escenario para los activos de riesgo es cada vez más relevante para los actores del mercado. La respuesta más prudente es constatar que la sensibilidad a una corrección en caso de noticias decepcionantes ha crecido. En la práctica, esto significa que la volatilidad debería aumentar.

Crecimiento sostenido, pero decreciente

La respuesta más realista a la pregunta anterior es que la economía mundial probablemente seguirá creciendo a tasas elevadas durante varios trimestres más, tras la recuperación acelerada del segundo y el tercer trimestre. Esta estimación se basa en el concepto Brecha de producción (es decir, de utilización de recursos). Mientras no se alcance el pleno empleo, el crecimiento económico puede mantenerse por encima de la media (a pesar de una eventual tendencia a la baja), si la política económica sigue siendo favorable.

Los posibles factores negativos abundan: por ejemplo, la inflación podría aumentar significativamente y llevar a los bancos centrales a tomar medidas restrictivas (es decir, subida de los tipos de interés de los préstamos ); los rendimientos de la deuda pública podrían crecer demasiado rápido y ejercer presión sobre las valoraciones de otras clases de activos (es decir, caída de los precios); y las nuevas variantes de virus podrían erosionar la eficacia de la vacuna.