Cada día los depósitos de bancos en el BCE
superan máximos históricos, “algo paradójico, pero es que no tienen por qué ser las mismas entidades a las que ha prestado que las que lo meten en sus fondos”. Estos depósitos se realizan porque “el mercado no funciona. El miedo y el riesgo de contrapartida se canaliza en buena parte a través del BCE”. Por ello, considera conveniente “que las autoridades sigan encima de las financieras”.

La reforma financiera española conllevará “que las entidades aprovisionen más en cartera por su riesgo inmobiliario, aunque en buena parte se cubrirá con beneficios, se presionará para una reestructuración en términos de tamaño. Eso sí, se descarta el ‘banco malo’ y se optará por la regulación entidad por entidad”.

En Europa, “los países están adoleciendo de un problema estructural con un crecimiento moderado, por lo que hay que hacer reformas en el sector público, en el trabajo, servicios… para cambiar las perspectivas de las empresas y que inviertan en producir, y para crear las condiciones necesarias para que la liquidez vuelva al mercado”.

Respecto a Grecia, “la Troika está renegociando el sexto tramo de liquidez del primer rescate, mientras que el acuerdo con los acreedores privados forma parte del segundo rescate. La situación es compleja y no hay que descartar que no se llegue a un acuerdo, entonces, podríamos tener sorpresas negativas por parte de Grecia”.