“La mitad de la vida es suerte, la otra disciplina; y ésta es decisoria ya que, sin disciplina, no se sabría por dónde empezar con la suerte.” Carl Zuckmayer
El Trading es una profesión extremadamente compleja, en la que nosotros como operadores vamos adaptando nuestra operativa del largo plazo al más corto plazo, del Trading Direccional al Swing Trading, alterando nuestras conductas de un planteamiento basado en el ratio de aciertos y en la búsqueda de la excelencia analítica; a un planteamiento basado en el ratio rentabilidad/riesgo, sin importar tanto la predicción como sí la hipótesis.
Las personas, como seres racionales que somos, queremos comprender el porqué de las cosas y tenemos un sesgo hacia el orden, que hace que nos fascine de algún modo la aleatoriedad. El ser racional tratará siempre de buscar conductas predecibles en series aleatorias, aún sabiendo que una serie numérica es aleatoria. Como ya he mantenido en innumerables ocasiones, la fascinación hacia lo desconocido es alimentada por el ego y la autoestima de tener la razón en contra del resto, tal vez por ello el Trading fascina a tantas personas, por la doble satisfacción que provoca el hecho de ordenar el caos y en parte, el ego producido por acertar en contra de la multitud. Uno de los grandes peligros del Trader, radica precisamente en la adicción por los resultados aleatorios. En un movimiento direccional, relacionado con el ciclo económico, un Trader puede tener el camino correcto durante un período extendido a veces, incluso en varios años. Sin embargo, el Trader consistente es aquel capaz de comprender los fundamentos económicos del mercado y adaptar el dinamismo de cada parte del ciclo a su propia operativa, indiscutiblemente.
Bajo mi punto de vista, el mercado se fundamenta por el ciclo económico. Los analistas Value tratan de comprar buenas compañías a buenos precios, pero las buenas compañías son aquellas que tienen buenos mercados y los buenos mercados están en economías en crecimiento. ¿Acaso no hay talento en Grecia, Portugal, España o Italia? No se trata de talento, se trata de crecimiento económico. Si hay crecimiento económico las compañías ganan dinero y los Value, por ende, pueden comprar buenas empresas. Si compran buenas compañías, los precios forman tendencias que permiten a los analistas técnicos detectarlas y sumarse a ellas. Me encanta el análisis fundamental, lo adoro, el Value Investing es fascinante, y creo que lo he dejado claro en muchísimos artículos de opinión y análisis a lo largo de estos años, pero para mí, que pretendo hacer del Trading un estilo de vida, es poco útil como herramienta aislada. Me quedo con el análisis técnico, con mi querido chartismo dentro, siempre, ¡de un marco macroeconómico! Por supuesto.
Si comprendo el marco macro, detecto los movimientos monetarios para poder a su vez comprender las posibles hipótesis que voy a operar y eso me permite aplicar las técnicas del análisis técnico para ejecutar correctamente mi operativa, cosa que considero fundamental. La fuerza relativa me permite detectar mercados con interés, es decir con dinero, o mercados con desinterés; con papel. Este trabajo me sirve para ir aplicando filtros y llegar a mi Asset Class o como diría Warren Buffett, mi círculo de competencia y me centro en él para operar, ¡el resto señores, no me interesa!
En el mercado la verdad absoluta no existe, existe la verdad relativa, la que forma parte de cada uno y un mismo subyacente puede dar rentabilidades extraordinarias a unos y pérdidas inaceptables a otros, por ello no me gustan en exceso los consejos bursátiles de sobremesa. En parte hay un 50% de probabilidades de acertar y el chartismo decanta ligeramente la probabilidad a nuestro favor, somos en parte estadistas, ¿no les parece? Si dominamos nuestro ego, aceptamos las pérdidas y los errores limitándolos, nos permitirá perseverar en nuestro criterio hasta que éste deje de ser vigente o explote en la tendencia que nos de importantes plusvalías.
El mercado sigue a lo suyo, como podemos observar el IBEX 35 va ganando fuerza relativa y momento, ¿y el sector financiero? volátil. Sin embargo, a pesar de la enorme volatilidad, estoy observando claras mejoras en el mercado. Europa ya no tiene un problema, ahora toca construir y empezar un ciclo que las próximas generaciones podrán disfrutar, espero. Nos queda mucho trabajo por hacer, pero el sistema financiero está saneado y la aberración del mercado inmobiliario ya ha aflorado la mayor parte de sus pérdidas. En USA, el problema es mayor del que era, aunque diferente. Esa es la gran baza de la vía europea. Las políticas de flexibilización cuantitativa, deberían terminar en un Crash bursátil en la bolsa americana, como ya he mantenido en otras ocasiones, mi opinión no cambia, pero adapto mi operativa al mercado, es simple.
El saneamiento del sistema interbancario europeo va por buen camino y España sería la gran beneficiada de la recuperación de la actividad crediticia. Las empresas españolas han sufrido mucho para cambiar su modelo de negocio, reestructurar sus recursos propios y reducir la deuda. Hoy en día el IBEX 35 es un índice exportador con multinacionales de nivel y que puede dar muchas alegrías a largo plazo. Desde hace tiempo.
El mercado así lo interpreta y el baile financiero da una ventaja a España, los vientos soplan y como vengo manteniendo en mis últimos análisis, el IBEX 35 está en momento y hay que aprovecharlo. ¿Siguen preparados?
Gisela Turazzini
CEO, Blackbird