Mientras que los líderes europeos se esmeran en encontrar una solución duradera a la crisis, no debemos perder de vista el hecho de que, a tenor de los últimos datos macro conocidos en la Eurozona, continua el deterioro del clima y confianza tanto entre los consumidores como entre las empresas, en parte como resultado de la pésima gestión que se ha realizado de la crisis de refinanciación y el abuso de cumbres y reuniones en las que abundan los rumores y escasea la claridad. Los indicadores de sentimiento conocidos, datos de PMI y las revisiones a la baja en el crecimiento del PIB apuntan a una recaída en recesión, claramente en el caso de España, probablemente en Francia y quizás en Alemania.

Descontado por lo tanto en el caso de España, para Francia tendría sin embargo como principal consecuencia la pérdida de la máxima calificación antes de las elecciones presidenciales que celebra en el segundo trimestre de 2012. De modo que, salvo sorpresa, Francia perderá su triple A antes de Marzo de 2012.

En el caso de Alemania habrá que vigilar la evolución de los datos las próximas semanas, pero resulta preocupante la velocidad del deterioro de los datos del sector manufacturero por debajo de los 50 puntos por primera vez en dos años, cuando en Abril el PMI estaba por encima de los 60 puntos.

Las causas de la posible recaída en recesión las tenemos tanto a nivel global con una ralentización generalizada, como a nivel doméstico por la debilidad de la demanda de los consumidores europeos; además de pesar muy negativamente factores como la restricción del acceso al crédito y la incertidumbre política en la Eurozona.

La situación es por lo tanto complicada. En términos de crecimiento real del PIB, después de un buen comienzo de año y un segundo trimestre mediocre, la relativa aceleración vista en el tercer trimestre puede terminar bruscamente a final de año con Alemania y Francia estancadas o incluso en territorio negativo.