La llegada de un nuevo año es motivo de gran celebración e intercambio de buenos deseos. Es un momento en que se desea dejar atrás la fatalidad y se espera conjurar la buena suerte, en que se hacen propósitos para mejorar nuestra vida, deseando que el año que comienza sea mejor que el anterior. Los italianos intercambian Auguri (buenos deseos) y tiran por la ventana enseres en desuso. En las oficinas de Brasil o Argentina hacen lo mismo con los papeles viejos.
 
En esta ocasión en particular, un respiro colectivo de alivio ha acompañado la despedida del 2008. Pero ¿qué podemos esperar del 2009?
 
Sabemos que, muy probablemente, continuará siendo difícil. Aún queda por abrir la caja de las sorpresas de los resultados empresariales durante el primer trimestre, sabemos que el paro continuará aumentando, el consumo disminuyendo, los precios en descenso y la intervención de los gobiernos en las grandes entidades financieras habrá supuesto un cambio fundamental para el funcionamiento del libre mercado tal como lo conocíamos. También podemos vislumbrar los cambios que los sucesos ocurridos durante al año anterior originarán en el equilibrio comercial global, cómo las economías emergentes adquirirán una importancia creciente y las posiciones de cada partícipe variarán para dar lugar a un nuevo mosaico donde el valor de sus piezas y su importancia habrá variado. Un punto de inflexión en la historia que nos va a llevar a un mundo algo diferente.
 
Aunque deseamos pasar página, es importante volver hacia atrás y analizar las causas que nos han traído hasta aquí porque, sin duda, volveremos a deslizarnos por toboganes de abundancia y promesas de riqueza a la menor oportunidad, sin pensar en consecuencias posteriores. Pero lo más importante ahora es mirar hacia el futuro y adaptarnos a la nueva situación lo más pronto posible.
 
Antes que nada, hemos de reconocer el entorno para saber a qué adaptarnos. Si los mercados bursátiles no acaban de encontrar su punto de estabilidad, los tipos de interés a niveles mínimos en los países desarrollados hacen que la inversión en Deuda del Estado o en depósitos pierda atractivo. Una tendencia particularmente marcada en Estados Unidos, donde con tipos de interés virtualmente a cero, la rentabilidad de los Bonos de Tesoro Americano ha caído en picado. Siendo así, una opción interesante y con potencial es la inversión en Renta Fija corporativa que, en el caso de emisiones de empresas fuertes, estables y bien gestionadas, está ofreciendo altos rendimientos nunca vistos en los últimos años.
 
Internacionalmente la deuda de países emergentes ofrece un gran atractivo. El índice Merril Lynch & Co LDM Plus que sigue la evolución (medida en dólares) de deuda soberana emitida en divisa local por 18 países en desarrollo avanzó un 8,2 por ciento en Diciembre, la mayor subida desde la creación de este índice en 2006. A esa fecha, las emisiones de Indonesia ganaban un 29 por ciento, mientras que las de India lo hacían un 12,6 y las de Brasil un 6,6 por ciento, según Merril. El índice perdió un 6,5 por ciento durante los primeros once meses de 2008, reflejando la ayuda solicitada por Pakistán, Ucrania y Hungría al Fondo Monetario Internacional.
 
La rentabilidad de la emisión del gobierno de Indonesia al 9 por ciento, con vencimiento en Septiembre de 2018 se situaba el mes pasado en torno al 11,8 por ciento, la del bono brasileño a cinco años a un 13 por ciento.
En cuanto a las divisas, mientras que el real brasileño se espera que gane un 2,4 por ciento con respecto al dólar en los próximos doce meses, la rupia Indonesia se revalorizará un 1,2 por ciento y la rupia hindú en un 1,6 por ciento.
Las estimaciones de inflación son de una reducción a la mitad en el caso de Brasil, hasta un 2,4 por ciento, con una banda entre el 5 y el 7 por ciento para el caso de Indonesia y una cifra en torno al 2 por ciento en el caso de la India.
 
La tendencia a la baja, tanto de la inflación como de los tipos de interés, significaen general buenos retornos en bonos denominados en divisa local.
 
La inversión directa en activos de países emergentes no es recomendable para el inversor individual. Diversificación y conocimiento de los mercados son imprescindibles, características que, junto a una mayor transparencia y seguridad, ofrecen los fondos de inversión.
En el contexto internacional, Investec Asset Management, Erste Sparinvest KAG y Aberdeen Asset Management, que gestionan conjuntamente más de 6.000 millones de dólares (aproximadamente 4.300 millones de Euros) en deuda emergente, han apostado por este tipo de activo.
 
El fondo de ABERDEEN GLOBAL-ASIAN BOND FUND está disponible a la venta en España con cuatro compartimentos que acumularon rentabilidades en los últimos seis meses entre 16,5 y 15,9 por ciento, según VDOS.
Pictet comercializa en España el fondo PICTET FUNDS (LUX) - EMERGING LOCAL CURRENCY DEBT que presenta un importante rebote en su rentabilidad en el último mes de un 13,15 por ciento, en su clase para Banca Privada, mientras que la emisión retail se revaloriza un 13,09 por ciento, según datos de VDOS. El fondo invierte en deuda denominada en moneda local emitida por gobiernos y empresas de países emergentes.  Su exposición a divisas locales se lleva a cabo mediante posiciones largas y cortas. Denominado en USD, cuenta con clases en EUR (como las comercializadas en España) y con cobertura de divisa en EUR. 
 
Entre los fondos nacionales, los FONCAIXA CARTERA RENTA FIJA EMERGENTES y FONCAIXA 126 RENTA FIJA EMERGENTES han invertido su tendencia también en el mes pasado al revalorizarse un 5,51% y un 5,03% respectivamente, de acuerdo con VDOS. Ambos productos son fondos de fondos que, según fuentes de la gestora, invierten mayoritariamente en Brasil, Méjico, Rusia, Turquía, Filipinas, Venezuela e Indonesia con una baja exposición a la divisa local.

Paula Mercado
Directora de Análisis de VDOS Stochastics