Participantes en las perspectivas del MAB

 

De izda a dcha:
ATRAS: Félix Poza (Clerhp), Alejandro Clemares (Clerhp), Miguel Saura (Clerhp) Hernan Scapuscio (Agile Content), Diego Cabezudo (Gigas), Josep María Huch (Atrys Health), Fernando Orteso (Facephi), José Tamayo (GVC Gaesco Beka) y Jesús González Nieto (MAB)

DELANTE: Juan Andrés Romero (Clerhp), Miguel Ángel García-Ramos (Ei), Silvia Morcillo (Ei), José Luis Alba (Domo Activos Socimi) y Macario Fernández (Asturiana de Laminados)

La valoración que hacen las compañías, con la perspectiva del tiempo, de su salto al MAB en líneas generales es positivo. Factores como la internacionalización, mayor transparencia y tener mayor notoriedad son algunas de las  ventajas inherentes de la negociación en este mercado regulado. Tal y como lo define Bolsas y Mercados Españoles este mercado es “una plataforma diseñada para que las pequeñas empresas con proyectos de expansión puedan beneficiarse de las ventajas del mercado: financiación, visibilidad, liquidez, valoración, etc”, en palabras de Jesús González Nieto, director gerente del MAB. Y además está el hecho de que “una empresa por el hecho de ser pública ya vale más. Las tasas de descuento son inferiores, la prima de riesgo se reduce mucho y obviamente hay barreras pero pesan más los pros de salir a cotizar” reconoce Miguel Ángel García Ramos, analista de Estrategias de inversión.

“No hay suficientes inversores con propensión al riesgo y que acepten la baja liquidez para poder financiar a las pequeñas y medianas compañías a través de los mercados”

Es en este punto, el de las barreras, donde la mayoría apunta a la necesidad de desarrollo que tiene la parte de financiación. Fernando Orteso, Consejero de Facephi  cree que “en España el universo de inversores no está desarrollado para que el MAB sea una fuente de financiación alternativa. Creo que quedan muchas reformas por hacer para ponernos a la altura de otras plataformas similares en Europa y que ofrecen al inversor, tanto minorista como institucional, ventajas fiscales que aquí no tienen”.  José Tamayo, especialista de renta  variable de GVC Gaesco Beka apunta a que “el tema de los asuntos fiscales lleva en el aire de 5 a 8 años y hay que sentarse con el Ministerio para que aprueben, al igual que sucede en otros países, deducciones fiscales a los fondos más que a los particulares por  Comunidad Autónoma. No tiene sentido que una persona que invierta en una compañía y sea residente en Madrid tenga más deducciones fiscales que otro que está en Castilla la Mancha, por ejemplo. Esto lleva a problemas”. Desde BME recuerdan que, junto a INVERCO, han presentado un paper en el Ministerio de Hacienda para “que se incentiven no sólo a los inversores que invierten en el MAB sino a los que lo hacen en pequeñas y medianas en términos bursátiles porque hay un fallo de mercado: no hay suficientes inversores con una propensión al riesgo y que acepten la baja liquidez para poder financiera a las pequeñas y medianas compañías a través de los mercados, cosa que nadie duda que es un complemento imprescindible a la financiación bancaria”.

Estos expertos hablan de la ausencia de fondos de inversión o gestoras españolas que estén dedicados a estas empresas con lo que la vía de financiación se estrecha. Y es que a día de hoy “es el inversor minorista el que esta ‘tirando’ del MAB”, explica Diego Cabezudo, CEO de GIGAS quien habla de la necesidad de que “fondos de micro y small caps empiecen a ver las inversiones en MAB como algo atractivo y empiecen a cerrar el círculo en aras de incrementar la liquidez”.  Sólo hace falta que se cree el primer fondo de este tipo y el “efecto llamada” hará el resto. “Y es el gran salto que tenemos que conseguir porque en este segmento hay empresas que tienen un valor clarísimo, están creciendo y lo están haciendo bien. Pero nadie las está mirando a pesar de que han tenido años muy buenos”, explica Orteso. Xavier Casajoana, CEO de Voz Telecom cree que “el binomio rentabilidad –riesgo juega en este caso un papel relevante que, sumado a la falta de liquidez, hace que sólo el inversor cualificado tome decisiones de inversión en el MAB con importes relevantes”. En este punto, José Luis Alba, Director del área socimis de Domo Activos Socimis considera que ellos se han encontrado con una característica particular. “Si las ampliaciones de capital van dirigidas al inversor cualificado de más de 100.000 euros, tienen menos requisitos que si vamos a un minorista de menos de 100.000 euros. Sobre todo el tema del folleto informativo que son meses de tramitación. Y claro, cuando quieres hacer una ampliación de capital no la quieres hacer dentro de siete meses si no en un tiempo más reducido por lo que al final tenemos que renunciar al inversor minorista a cambio de reducir los plazos”.

“Éxitos y fracasos los hay en todos los mercados. El MAB no es una excepción”

Josep María Huch, director de asuntos corporativos de Atrys Health cree que inversores institucionales sí que están presentes pero lo que ocurre es que invierten a largo plazo, no les preocupa la liquidez. “El actor que está totalmente ausente son las gestoras de fondos en un segmento en el que hay minoristas, family offices o banca privada pero las gestoras no están. Nosotros cuando hemos hablado con ellas la “excusa” principal es la liquidez, quieren posiciones líquidas para vender rápidamente y eso el MAB a día de hoy no lo tiene, además de un tema reputacional con lo que necesitamos más casos de éxito como el de Másmóvil”. 

Aquí el experto de GVC Gaesco Beka habla de que casos de éxito y fracaso los hay en todos los mercados. La liquidez vendrá cuando las compañías consigan realizar un grado de seguimiento de las empresas, “sentarnos y pensar en el sistema perverso de los fixing, que lleva a muchos inversores a especular con ello, y  tener planes de negocio fluidas y que la comunicación con los inversores sea fluida. Donde sí veo mejoras es en los planes de negocio, en los últimos quince meses las cosas han ido a mejor, tanto en planes de negocio como en operaciones, y lo que tenemos que intentar es poner en el mercado empresas más grandes y contarlas”. En este punto, González Nieto cree que el inversor del MAB tiene que ser consciente de que hay cosas que a corto plazo no se pueden cambiar pero lo que “sí se puede cambiar es que haya gente que estudie esos negocios, los siga y explique – de forma externa a la compañía –   de forma comprensible los pros y los contras de la misma”.  En este punto, aunque sea la compañía la que tenga que pagar por el análisis “una actividad coordinada con el MAB podría facilitar la tarea para buscar volumen y un pool de analistas de referencia para que los emisores puedan coger esos informes para publicarlos y darles difusión”, reconoce Cabezudo.   En este punto, el experto de Domo Activos Socimis se muestra optimista y cree que acabarán apareciendo institucionales que empiecen a fijarse objetivos en el MAB. “Creo que ahora sí estamos en un segundo o tercer plano pero nosotros hemos contratado una empresa para que busque institucionales para invertir en nuestra compañía porque aumentar el capital con los minoristas conlleva más esfuerzos, recursos y trabajos que un profesional”. Juan Andrés Romero, Presidente de Clerhp cree que es necesario ese ecosistema e intentar profesionalizarlo. “El que empieza cotizando en el MAB no conoce a nadie, depende mucho de lo que le diga el asesor registrado y eso dificulta bastante el proceso de salida”.

Y después qué, ¿dar el salto al continuo? La percepción que tenemos del MAB es que funciona como un ascensor “y así deberíamos percibirlo. De hecho, yo echo de menos que haya más compañía que pasen al mercado continuo e incluso que pueda haber alternativa en otros mercados”, dice Hernan Scapuscio, CEO de Agile Content. En su opinión, el MAB es un elemento temporal para conseguir que una empresa en expansión se haga grande y no es tanto “continuo sí o no, es que en un contexto donde todo está globalizado, parte del objetivo de una compañía es ser líder e internacionalizarse para poder acceder a mercados masivos y a inversores de todo el mundo. Ese es el eslabón y necesitamos un efecto ascensor de algún tipo”.

 

 

ElCEO de Voz Telecom reconoce que “si nos remitimos a los hechos, hasta la fecha solo una empresa MAB ha dado el salto al continuo por lo que no creo que deba ser el objetivo final del MAB”.  Según este experto, “debemos tomar  conciencia de que todas las empresas que salen al MAB estarán en nicho de mercado por mucho tiempo. En este punto, el MAB tiene que permitir a las empresas crecer y mantenerse en un mercado lo más líquido posible, que exista un mercado fluido de compradores y vendedores sin que el paso al continuo tenga que ser un objetivo final para conseguir esa liquidez”.

 Con estos retos por delante, lo cierto es que este segmento de mercado sigue contando con un potencial enorme.  Siendo las PYMES el principal motor de la economía y el empleo de nuestro país “podríamos pensar que el potencial del MAB es elevado, no obstante, creo que a día de hoy las PYMES y sus accionistas con conciben el MAB como instrumento para apoyar su internacionalización, crecimiento o diversificación sino más bien como instrumento de obtención de financiación y esto es un planteamiento de inicio equivocado”, dice Casajoana.

Un potencial que dependerá “de los resultados de todas las propuestas mencionadas y, muy especialmente, del tema fiscal que incentive a los inversores no sólo grandes sino a los particulares minoristas”, explica Macario Fernández, Presidente de Asturiana de Laminados.  Por lo demás, es un buen sistema de financiación alternativa a la banca con “todos los costes e inconvenientes que tiene. En nuestro caso, nos costó un año estar trabajando un año muy estresados para dar el salto al MAB pero estamos muy satisfechos”.