Al igual que muchos millones de ciudadanos de Estados Unidos, las compañías también están ultimando su declaración de impuestos y justificar sus cuentas. En este sentido, el equipo económico de Caterpillar va a intentar reducir al mínimo posible las cargas fiscales que ya de por sí soporta.
El fabricante de material de construcción y equipos de minería con sede en Illinois será el último de los blue chips que llevará acudirá al Subcomité Permanente de Investigaciones del Senado para explicar las estrategias diseñadas para reducir las facturas de impuestos.
Caterpillar ya ha dicho que su tasa de impuesto sobre la renta efectiva es relativamente elevada, puesto que tiene que abonar el 29%, a pesar de esas estrategias con las que pretenden disminuir su imposición fiscal.
El presidente del subcomité, el senador Carl Levin, demócrata de Michigan, ha criticado mucho la capacidad de las empresas para eludir los impuestos a través de lo que él ha llamado "estructuras complejas, transacciones dudosas y ficciones legales".
El informe del subcomité sobre las prácticas fiscales de Caterpillar se debe presentar durante la jornada de hoy. La compañía se está preparando para defenderse sobre una reestructuración corporativa a finales de 1990 que ayudó a la compañía a reducir su pago de impuestos en el país, sobre todo en las ventas de piezas a los clientes extranjeros.
Caterpillar ideó la reestructuración con el asesoramiento de la firma de contabilidad PricewaterhouseCoopers.
En este sentido, los Indicadores Premium de Estrategias de Inversión muestran que Caterpillar se encuentra en fase alcista, mientras que recibe una puntuación de 9 puntos en una escala que oscila del 0 al 10.
Este análisis técnico muestra que la compañía tiene una tendencia alcista a medio y largo plazo, además de que la volatilidad que presenta en la bolsa estadounidense es decreciente en el tiempo. Sin embargo, el único punto negativo que resaltan estos indicadores es el volumen a largo plazo, que es decreciente.
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