Pero es deber de todos cuidar de nuestro medio ambiente, y también lo es de las instituciones. Y para ello la gestión de residuos es fundamental, pero no solo por una cuestión ‘verde’ sino también por nuestra propia salud. “La gestión de los residuos que se generan en los centros sanitarios es de vital importancia dadas las repercusiones que ello conlleva para la salud, bien por el contacto directo con estos residuos (con el contenido o con el envase que lo contiene), o bien derivado del importante impacto que produce en el medioambiente”, explica la doctora María Dolores Martín Ríos, jefa del servicio de Medicina Preventiva de los hospitales universitarios Fundación Jiménez Díaz, Infanta Elena de Valdemoro, Rey Juan Carlos de Móstoles y General de Villalba, todos ellos pertenecientes a la red pública de la Comunidad de Madrid.

Según esta experta, para hacernos una idea de la magnitud de este impacto, el último informe de ARUP, de 2019, estimó que la huella climática del sector de la salud equivale al 4,4% de las emisiones globales netas (2 gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente) y que, si este sector fuese un país, sería el 5º emisor más grande del planeta.

En su opinión “es responsabilidad de los centros sanitarios disponer de un plan de gestión de residuos”, y por ello grupos hospitalarios como Quirónsalud, cuentan con un plan de gestión de residuos corporativo, diseñado para todos sus centros, pero acorde con la legislación autonómica que compete a cada uno de ellos.

“Hay contenedores de residuos, peligrosos y no peligrosos, en todas las unidades de los hospitales. Los de residuos no peligrosos que se pueden reciclar están en las zonas comunes. Además, el personal sanitario desecha cada residuo en su contenedor correspondiente y cierra el contenedor (en caso de bolsa, lo cierra limpieza). Y posteriormente es el personal de limpieza quien lo traslada al almacén final, y allí lo recoge el ayuntamiento o el gestor privado”, apuntan desde el grupo hospitalario.

Cómo se gestionan los residuos 

En cuanto a los residuos peligrosos, todos los centros tienen contratado un gestor privado autorizado, dado que “se tienen que eliminar mediante esterilización o incineración”.

En el caso del Hospital Quirónsalud Córdoba, por ejemplo, disponen de un ‘Plan Intrahospitalario de Residuos’ que gestiona todos los desperdicios producidos. “Su finalidad es establecer la gestión de residuos de los centros sanitarios y, por tanto, definir las actuaciones para una correcta clasificación de los residuos, su identificación y su almacenamiento en un envase adecuado, con el objeto de lograr una óptima recogida selectiva de los mismos”, apunta Lydia Ariza, responsable de Calidad del Hospital Quirónsalud Córdoba.

Principales residuos que se generan

Desde este centro hospitalario destacan que los principales residuos que se generan son los asimilables urbanos, los envases inertes, el cartón, así como los residuos biosanitarios y los infecciosos.

La doctora Martín Ríos va más allá y, según detalla, por un lado están los residuos domésticos (clase I), generados en los centros sanitarios pero similares a los de la actividad doméstica en los hogares (plástico, cartón, vidrio, etc); pero luego también están los residuos biosanitarios asimilables a urbanos (Clase II), propios de la actividad sanitaria que no llevan asociado un riesgo de infección (vendajes, gasas, guantes…) y que pueden ser gestionados conjuntamente con los domésticos; residuos Biosanitarios (clase III), que deben ser gestionados de forma diferenciada por su riesgo de infección, incluyendo los cortantes/punzantes; los cadáveres y restos humanos de entidad suficiente (clase IV), que se han de gestionar de acuerdo con el Reglamento de Policía Sanitaria Mortuoria; los residuos químicos (clase V); los de medicamentos citotóxicos y citostáticos (clase VI), caracterizados por sus riesgos carcinógenos, mutágenos o para la reproducción; así como los radioactivos (clase VII).

Cómo ha impactado la pandemia

Por otro lado, sobre cómo ha impactado la pandemia en la gestión de los residuos de los hospitales, desde el Grupo Quirónsalud ponen de relevancia que en estos dos últimos años principalmente se han generado residuos de riesgo biológico que, por tanto, no eran susceptibles de ser reciclados. Mientras que los no peligrosos, principalmente papel, cartón o plásticos, se han seguido reciclando como se reciclan habitualmente.

“Evidentemente, la seguridad del paciente y de los trabajadores en la época de la pandemia ha provocado un aumento en la generación de residuos directamente relacionados con esa seguridad, como los EPI”, aseguran desde el Hospital Quirónsalud Córdoba.

De hecho, y de acuerdo con los datos ofrecidos por Quirónsalud, desde el comienzo de la pandemia se ha incrementado la cantidad de residuos de riesgo biológico, pasando de 1.655 toneladas de desperdicios generados por los centros del grupo en 2019, a 2.255 toneladas en 2021.

Algo lógico si se tiene en cuenta que, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), solo en EPIs se han generado más de 89.000 toneladas de residuos, a los que hay que sumar más de 140 millones de kits de pruebas, que podrían generar 2.600 toneladas de desechos no infecciosos (principalmente plástico) y 731.000 litros de desechos químicos. 

“Continuamente se habla de los daños colaterales de la pandemia (los psicológicos, económicos, mortalidad por otras causas, etc.) pero poco del que tiene que ver con el exceso de residuos generados durante la misma en todos los ámbitos, no solo en el hospitalario, con el consecuente impacto medioambiental y por tanto en la salud, un coste que acompañará a las futuras generaciones”, sentencia esta experta.