La luz pulsada intensa, también conocida por sus siglas en inglés IPL (intense pulse light) se ha afianzado como una técnica esencial en la medicina estética actual, gracias a la amplia variedad de tratamientos que permite y a sus beneficios sobre la piel, según ha indicado la doctora María José Espiñeira, especialista de la Unidad de Medicina Estética del Hospital Quirónsalud Córdoba y del servicio de Cirugía Plástica y Reparadora del centro.
La doctora Espiñeira ha explicado que la luz pulsada intensa consiste en una fuente de luz policromática emitida en forma de pulsos, cuyo efecto se basa en la fototermólisis selectiva, que establece que la energía suministrada a un tejido tiene una acción selectiva sobre una molécula diana, denominada cromóforo (tales como la melanina, el agua y la hemoglobina), sin afectar las estructuras adyacentes o haciéndolo mínimamente.
A la IPL se le aplican filtros que permiten acotar el rango de longitudes de onda emitidas, con el objeto de realizar tratamientos más precisos de distintas patologías, lo que le permite una gran versatilidad de tratamientos, desde lesiones pigmentadas o vasculares hasta fotodepilación o foto rejuvenecimiento. Esta técnica reduce los signos del envejecimiento, elimina las marcas del estrés en el rostro y las manchas provocadas por el sol, entre otras ventajas.
Su eficacia es similar a los tratamientos con láser y, además, al tratarse de sistemas no ablativos, resulta una opción en auge actualmente, ya que permite una incorporación rápida a la vida laboral y social. La doctora ha señalado que los nuevos dispositivos de IPL “nos permiten corregir tanto las lesiones pigmentadas como las lesiones vasculares, actuando sobre la melanina y la hemoglobina respectivamente, consiguiendo así aportar luminosidad y unificar el tono de la piel. También ha demostrado su efecto en el rejuvenecimiento cutáneo”.
Los cuidados previos y posteriores son muy importantes, ya que antes de realizar un tratamiento con fuentes de luz sobre una lesión pigmentada es importante realizar primero un adecuado diagnóstico, para lo que es imprescindible que el paciente sea valorado por un especialista en Dermatología.
Para realizar un tratamiento con IPL, la piel no debe estar bronceada, por lo que las fechas más adecuadas para estos tratamientos son los meses de otoño e invierno. Además, tras su realización hay que aplicar un fotoprotector solar. Cuando las manchas son muy pronunciadas, en algunas ocasiones se acompaña el tratamiento de IPL con la aplicación de una crema despigmentante para que el tratamiento sea más efectivo.
La doctora Espiñeira ha afirmado que es recomendable la realización de entre 3 y 5 sesiones con 4 semanas de intervalo entre cada una y los resultados se perciben a partir de la segunda sesión. El resultado final es una piel más bonita, turgente y de aspecto más joven. Una vez realizado el tratamiento y especialmente durante el primer mes, debe usarse protección solar alta y evitar la exposición al sol directamente, “ya que las manchas producidas por el sol tienen tendencia a reaparecer si no nos protegemos bien”.