Mañana se presenta en Bruselas el Dictamen: "Economía del Bien Común: ¿Cambiando la forma en que las empresas y la economía funciona?". El documento ha sido elaborado por un equipo liderado por el español Diego Isabel La Moneda - miembro de la Economía del Bien Común y consultor político y el propio Christian Felber, fundador de la Economía del Bien Común (EBC).

El documento presenta la EBC como un modelo holístico que sirve de paraguas para canalizar las propuestas de otros modelos de nueva economía como la economía solidaria, la economía colaborativa, la economía circular, el cooperativismo, las empresas sociales o la economía azul.

El Dictamen propone la transformación del mercado económico europeo en un "Mercado Ético Europeo" en el que las políticas y estrategias públicas favorezcan aquellas actividades que contribuyan al bienestar de la ciudadanía y al bien común frente a aquellas que no aportan ningún valor o que incluso van en contra de los valores europeos y del bien común. De este modo, se creará empleo de calidad y Europa volverá a ser vista por el resto del mundo como el ejemplo a seguir en cuanto a protección del medio ambiente y derechos sociales. El "Mercado Ético Europeo" será la marca Europa en cuanto a políticas económicas y comerciales dando un giro ciento ochenta grados al actual colapso económico y social que vive el continente.

Entre las propuestas específicas presentadas destacan las siguientes:

 

  1. Medición de la contribución al bien común de las empresas mediante el denominado "Balance del Bien Común".
  2. Etiquetado Ético: Identificar en los productos su "huella ecológica" y su "huella social" - cumplimiento de derechos humanos y laborales en toda la cadena de suministro -.
  3. Compra pública ética: Favorecer a las empresas con mayor contribución al bien común en los procedimientos de compra pública.
  4. Mercado ético interno en la Unión Europea: Favorecer a las empresas que contribuyen al bien común mediante las políticas fiscales, el apoyo a la innovación social y las estrategias de promoción.
  5. Consumo ético. Políticas y estrategias públicas orientadas al fomento del consumo ético y responsable por parte de los consumidores. Mejorar la información ofrecida mediante el etiquetado ético y fomentar el consumo responsable mediante las políticas fiscales así como por medio de acciones educativas y de divulgación.
  6. Emprendimiento por el bien común. Orientar todas las políticas de apoyo a los emprendedores mediante la filosofía del bien común. De este modo se logrará que los nuevos emprendedores europeos contribuyan aporten valor social con sus actividades y contribuyan a la cohesión social.
  7. Banca Ética y creación de una red de banca ética europea.
  8. Bolsa del Bien Común. Creación de un mercado de valores en el que solo se incluyan aquellas empresas que demuestren su contribución al bien común, fomentando y facilitando de este modo la inversión ética.

 

La Economía del Bien común pretende llevar estas propuestas no solo a la Unión Europea sino también tanto a los diferentes estados miembros como a aquellas regiones y ciudades que quieran liderar la transición hacia una nueva economía orientada hacia las personas.

 

Programa del evento de presentación del Dictamen de Economía del Bien Común en Bruselas.

http://www.eesc.europa.eu/?i=portal.en.events-and-activities-common-good-economy-programme

Para saber más:

Economía del bien común (traducción al español de Gemeinwohl-Ökonomie), es un proyecto económico abierto a las empresas y promovido por el profesor austríaco Christian Felber y más de 1000 voluntarios comprometidos con la difusión y evolución de una verdadera economía sostenible y alternativa a los modelos del capitalismo y el comunismo que han quedado obsoletos.

La Economía del Bien Común se rige por una serie de principios básicos que representan valores humanos: confianza, honestidad, responsabilidad, cooperación, solidaridad, generosidad y compasión, entre otros. En la economía real actual se mide el éxito económico con valores o indicadores monetarios como el producto interior bruto y los beneficios que dejan fuera a los seres humanos y al medio en el que vivimos. Estos indicadores no nos dicen nada sobre si hay guerra, se vive en una dictadura, si sobreexplotamos el medio, si se respetan los derechos humanos, etc. De la misma manera que una empresa tenga beneficios no nos indica nada sobre las condiciones de sus trabajadores ni sobre lo que produce ni cómo lo produce.

El balance del bien común mide cómo una empresa o un municipio vive: la dignidad humana, la solidaridad, la justicia social, la sostenibilidad ecológica, la democracia con todos los agentes económicos.

Finalmente, la evaluación de esos valores podrá permitir al consumidor, en el caso de las empresas, escoger los productos y servicios que más contribuyan al bien común. Para los defensores de la economía del bien común, aquellas empresas a las que guíen esos principios y valores deben obtener ventajas legales que les permitan sobrevivir, frente a los valores del lucro y la competencia actuales.

La implantación del modelo teórico comenzó en octubre de 2010 con un grupo de empresas de varios países que participan activamente cumpliendo voluntariamente los requisitos del proyecto de economía del bien común.

 

En España la Asociación Federal Española para el Fomento de la Economía del Bien Común cuenta con 212 asociados,  2.032 simpatizantes registrados, 141 empresas con el Balance del Bien Común o en proceso de realizarlo, 4 asociaciones regionales (Cataluña, País Vasco, Canarias y Valencia), 23 Campos de Energía o grupos locales y 75 nodos o comisiones de trabajo.

 

www.economia-del-bien-comun.org