La actividad económica en la zona euro se ha deteriorado durante el mes de agosto al ritmo más rápido desde noviembre de 2020, según el índice de gestores de compra (PMI) compilado por S&P Global. El índice cayó a 46,7 puntos en agosto, frente a los 48,6 puntos de julio.
El informe señala que tanto el sector manufacturero como el de servicios experimentaron una contracción simultánea, siendo el área de servicios la que sufrió su mayor retroceso desde febrero de 2021, con una lectura de 47,9 puntos en agosto, tres puntos por debajo de julio.
Además, los nuevos pedidos también cayeron al ritmo más fuerte desde finales de 2020, lo que llevó a las empresas a completar los trabajos pendientes con una rapidez no vista en más de tres años. Las perspectivas para los próximos doce meses fueron unas de las más débiles en años, con un crecimiento del empleo casi estancado.
En cuanto a los precios, la inflación de los precios de los insumos se aceleró en agosto por primera vez desde septiembre de 2022, lo que generó preocupación. Sin embargo, el aumento de los precios medios cobrados por los productos y servicios fue el más lento en dos años y medio, aunque seguía siendo más fuerte que la tendencia a largo plazo.
Analizando por países, Alemania y Francia registraron las caídas más pronunciadas en la actividad total, mientras que Italia y España tuvieron declives más modestos. Por el contrario, Irlanda contrarrestó la tendencia general con un aumento de la actividad.
Los expertos advierten que la economía de la Eurozona enfrenta desafíos en la segunda mitad del año. El sector servicios, que fue un elemento estabilizador, se ha convertido en un lastre para la economía, mientras que el sector manufacturero aún no ha tocado fondo, según Cyrus de la Rubia, economista jefe de Hamburg Commercial Bank.