Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) el cáncer de próstata es el tumor más frecuente en varones y la tercera causa de muerte por cáncer en varones, por detrás del cáncer de pulmón y de colon. Se estima que 1 de cada 8 hombres será diagnosticado de esta enfermedad. La mayoría de los casos ocurren en varones de edad avanzada, siendo el 90% de los pacientes mayores de 65 años y la edad media de diagnóstico de 75 años.
La gran mayoría de los pacientes no presenta ningún síntoma, por lo que habitualmente la sospecha de cáncer de próstata viene determinada por el aumento, sin causa justificada, del antígeno específico de próstata (PSA por sus siglas en inglés) o por su detección a través de un tacto rectal sospechoso. Son minoría los casos de molestias o sangrado al orinar o al eyacular que pueden dar la voz de alarma.
"Por eso es importante -señala el Dr. Jorge López-Tello García,Jefe de Servicio de Urología del Hospital Quirónsalud Valle del Henares-, que los hombres a partir de los 50 años -40 años si hay antecedentes familiares de cáncer de próstata- cuiden su salud prostática y acudan a realizarse una revisión urológica anual”.
Un resultado sospechoso en el aumento de la PSA o del tacto rectal aconseja la realización de una biopsia de próstata para descartar o no la existencia de un cáncer. Con la biopsia se obtienen pequeñas muestras de tejido microscópico de la glándula que ayuda a saber con precisión si el crecimiento prostático es benigno o existen células cancerígenas.
La biopsia con fusión de imágenes es una técnica que permite fusionar las imágenes de una Resonancia Magnética -realizada previamente a la intervención- y de una ecografía que se realiza en el mismo momento de la biopsia para orientar la aguja de punción.
La principal ventaja que aporta la biopsia de próstata con fusión de imágenes sobre la biopsia convencional radica en que disminuye las infecciones y permite llegar a zonas de la próstata de difícil acceso, en especial la parte anterior de la glándula, donde pueden existir tumores de comportamiento agresivo y de peor pronóstico, que a veces se suelen diagnosticar tarde y en estado avanzado. Además, ofrece una información mucho más fiable sobre la localización, tamaño y agresividad del cáncer.
Esta prueba, que dura en torno a media hora, se realiza de forma ambulatoria con sedación en quirófano, por lo que el paciente puede irse de alta a las 2 horas del procedimiento y solo sentirá una leve molestia en el periné durante las primeras horas, que se resuelve con frío local y antiinflamatorios.