Las cosas no andan bien en Tubos Reunidos. Un informe de su auditor, PwC, poniendo en cuestión la viabilidad de la compañía, tras haber tenido el fondo de maniobra en negativo en 2017 y planteando dudas para 2018, fue la cerilla que encendió el polvorín en la compañía, que marcó - a mediados de marzo - niveles mínimos desde 2014. El valor, que cede más de un 45% en el año, continúa desangrándonse en bolsa al caer más del 13% en la sesión. Si la compañía no pone freno a las caídas, cerrará la sesión con las terceras mayores pérdidas de su historia.

 

¿El motivo? La compañía ha anunciado a la CNMV que hoy comienza el proceso de negociación para ejecutar las medidas de reestructuración y hacer que Productos Tubulares mantenga la actividad de fabricación y venta de tubería de gran diámetro. Estas medidas incluyen, cita la compañía, "la extinción de 157 contratos de trabajo, la modificación sustancial de las condiciones de trabajo y la inaplicación de Convenio Colectivo de productos tubulares". Este proceso se justifica en causas económicas, productivas y organizativas, estando imprevista su implementación a lo largo de los años 2018 y 2019. Una medida que ya anunció cuando publicó sus resultados de 2017, en los que registró unas pérdidas de 32,4 millones de euros, reduciéndolas en un 35% respecto a las del año anterior.

Sin embargo, la situación de Tubos Reunidos no es ajena a la que vive el sector. De hecho, Duro Felguera planea sobre el concurso de acrredores mientras que Técnicas Reunidas también lanzó algunas advertencias sobre la evolución de su negocio el año pasado. Un sector sobre el que ha pesado seriamente la caída del precio del crudo lo que ha provocado un endurecimiento de los contratos, tanto en márgenes como en condiciones de pago. La compañía registró además 32,4 millones de pérdidas en sus cuentas correspondientes de 2017.