Asimismo, la calificadora de riesgos ha recortado la nota a largo plazo de ING Verzekeringen a A desde A+, así como la calificación a largo y corto plazo de ING Bank a A+/A-1 desde AA-/A-1+. En todos los casos la perspectiva es "estable".

Los resultados del primer semestre se vieron presionados por la morosidad y las depreciaciones tanto en valores como en activos inmobiliarios, así como por el mantenimiento de las dificultades operativas en el entorno, algo que, en opinión de S&P, continuará en 2010. "Consideramos que estos resultados son insuficientes para sustentar una calificación AA-. En nuestra opinión, un resultado negativo en 2009 hace más probable que la Comisión Europea inste a la entidad a aplazar el pago de los cupones de sus instrumentos diferibles subordinados", explica la agencia.

Asimismo, S&P señala que los ratings de las principales filiales operativas de ING incorporan la visión de la significativa exposición del grupo a inversiones de riesgo y a un entorno operativo "desafiante". No obstante, la agencia subraya que su valoración también refleja las fuertes posiciones competitivas del grupo y una gestión proactiva del riesgo.

De este modo, S&P afirma que la perspectiva "estable" refleja su opinión de que la base de capital del grupo es "suficiente" para absorber las presiones sobre los beneficios a corto plazo y, apunta que, aunque no se prevé la necesidad de apoyo adicional por parte del Estado holandés, sería esperable que el Gobierno de Países Bajos acudiera en ayuda de la entidad en el caso de que fuese necesari