Esos bonos de la zona del euro podrían utilizarse para ayudar a los nuevos miembros de la Unión Europea (UE) que no han adoptado aún la moneda común y servirían para incrementar la capacidad prestamista de la UE.
Ésta podría financiar entonces programas de inversiones que combinasen una función contra-cíclica con importantes objetivos europeos como la red eléctrica, una red de gasoductos y oleoductos, energías alternativas y obras públicas generadoras de empleo, por ejemplo, en Ucrania.
Todas esas inversiones ayudarían además a superar la excesiva dependencia actual europea de Rusia.
Soros reconoce que habría que resolver dos asuntos espinosos: la distribución de la carga de la deuda entre los distintos países de la zona del euro y la ponderación de voto de los diferentes ministros de Finanzas.
Alemania consideraría "injustos e inaceptables" los precedentes que existen, concretamente el presupuesto de la UE y la composición del Banco Central Europeo, señala el financiero, según el cual habría que hacer ciertas concesiones para lograr la participación de ese país.
La creación del mercado de bonos de la zona del euro traería beneficios inmediatos además de corregir una deficiencia estructural, explica Soros.
Señala que su propuesta evitaría una repetición de lo ocurrido a raíz de la quiebra del banco Lehman Brothers.
Debido a la inexistencia de un ministerio de Finanzas de la UE, tuvieron que ser los gobiernos individuales los que trataran de asegurar a sus ciudadanos que no se permitiría quebrar a ninguna otra institución financiera importante.
Pero de esa forma se generó, explica Soros, una crisis financiera inmediata y muy grave en los nuevos miembros de la UE que no han ingresado aún en la zona del euro a la vez que exacerbó las tensiones en el interior de la misma.
Los bancos de la zona del euro buscaron el amparo de sus respectivos países repatriando su capital, lo que hizo que los mercados de divisas y bonos de la Europa de Este se vieran sometidos a fuertes presiones, se resintieran sus economías y disminuyera la capacidad de las familias de pagar sus deudas.
Soros considera, por otro lado, que la crisis financiera ha demostrado "de forma convincente" las ventajas de disponer de una moneda común ya que sin ella, algunos países de la zona del euro se habrían encontrado con los mismos problemas que los países de la Europa del Este.

