Lo que el Estado no debe hacer nunca es financiar los beneficios de una industria como la de la construcción mediante ayudas que acaban en el bolsillo de empresas que se hicieron de oro durante los 2000-2006. Lo que el Estado no se puede permitir es seguir manteniendo con vida estructuras piramidales como al que tenemos aún en España y cuya explosión nos ha llevado a una muy profunda crisis económica. El Estado no debe intervenir malusando el dinero de todos para mantener los privilegios de unos muy pocos.
 
Como dijo Enrique de Aldama[2] “que el mercado funcione”[3]; eso es lo que tiene que hacer el PP: poner los medios para que, de forma natural, el mercado se corrija, y eso quiere decir eliminar las desgravaciones por adquisición de vivienda incluyendo aquellos territorios en los que gobierna como Valencia y Madrid.
 
La corrección de la enorme burbuja de nuestro país, que aún persiste, ha de venir determinada por la bajada de los precios de los pisos y no por subvenciones al sector: tenemos que tener claro que no podemos detraer dinero de sectores con futuro para dárselo a los que han destrozado el país. La bajada de los precios de los pisos ha de ser del 65-70% en zonas urbanas respecto a precios de 2006 en zonas urbanas y del 80-85% en zonas de segunda residencia; sólo de esta forma se llegará a las valoraciones objetivas. Antes de la ocurrencia de Rajoy de ayer estábamos por el buen camino de lograr el objetivo.
 
La desgravación por adquisición de vivienda habitual fue uno de los elementos de los que nos llevaron a tener la mayor burbuja inmobiliaria a nivel mundial. Si estas son las medidas económicas que desea poner en marcha el PP vamos muy mal.
 
Lo que el PP ha de hacer es reformar de forma efectiva la Ley de Arrendamientos Urbanos de tal suerte que el inquilino moroso sea desahuciado rápidamente. Este hecho haría que un buen número de los 3 millones de pisos vacíos que tenemos en España salieran al mercado del alquiler, los precios de los mismos bajaran y, además, aumentara la productividad de la economía al aumentar la movilidad geográfica de los trabajadores. Así mismo se fomentaría la inversión en industrias con futuro…algo que la construcción residencial no tiene.
 
El PP ha de poner encima de la mesa un programa serio y riguroso de desmantelamiento del 90-95% de la capacidad productiva de residencia habitual que es la que nos sobra. Al PP hay que recordarle los números; en España existen:
 
  • 3 millones de pisos de segunda mano vacíos de los que 620-720 mil en venta[4];
  • 1,2 millones de pisos de primera mano de los que unos 800 mil en venta;
  • 1,26 en construcción o con proyecto de obra;
  • 120 mil pisos escriturados y no registrados[5]
  •  
    La demanda anual máxima es de 200 mil pisos/año. Que cada uno haga sus cálculos.
     
    José Manuel Galindo[6], Guillermo Chicote[7], Pedro Pérez[8], Ana Isabel Mariño[9], Beatriz Corredor[10], Carme Chacón[11], Anunciación Romero[12],… están de enhorabuena[13], la gente cuya comportamiento es honrado no.
     


    [2] Anterior presidente de SEOPAN ya fallecido. SEOPAN es la Asociación de Empresas Constructoras de Ámbito Nacional de España
    [4] Datos sacados del “Anuario Estadístico del Mercado Inmobiliario Español 2010” de Acuña y Asociados
    [5] El resto de datos son sacados de los cálculos realizados por Ricardo Vergés Escuín así como los hecho mediante los balances agregados que publican el Banco de España
    [6] Actual Presidente de la Asociación de Promotoras y Constructoras de España y Asprima
    [7] Anterior presidente de la Asociación de Promotoras y Constructoras de España
    [8] Secretario de Grupo 14 Inmobiliarias por la Excelencia que es el grupo de presión de las mayores constructoras del país
    [9] Consejera de Vivienda de la Comunidad de Madrid
    [10] Secretaria de Estado de Vivienda y anterior Ministra de Vivienda desde 2008 hasta 2010
    [11] Ministra de Vivienda en 2007-2008
    [12] Anterior Directora General de Arquitectura y Política de Vivienda y actual Secretaria General de Vivienda
    [13] Como bien demuestro en mi libro “La verdad sobre el Mercado inmobiliario español” todas estas personas (y otras muchas más) tienen como fin primordial inducir al error a la ciudadanía sobre la conveniencia de comprarse un piso; hacerlo ahora es de locos