El viernes, los principales índices bursátiles de Estados Unidos concluyeron la sesión sin una dirección definida, si bien se vieron presionados por señales divergentes sobre los gastos del consumidor estadounidense. El Promedio Industrial Dow Jones cayó 36 puntos a 9544, lo que puso fin a la racha de ocho sesiones al alza.

El índice S&P 500 perdió 2 a 1025 y el Índice Compuesto Nasdaq ganó 1 a 2029.

Otro fuerte retroceso de las acciones chinas probablemente atraerá la atención de los inversionistas en Estados Unidos el lunes. El índice compuesto de Shanghai cerró el lunes con un descenso del 6,7% a 2667,75, mientras que el índice compuesto de Shenzhen perdió un 7,1% para cerrar en 904,70. Por su parte, el índice Nikkei 225 de Tokio cayó 41,61 puntos, o un 0,4%, a 10492,53 y el índice Hang Seng de Hong Kong registró una baja de 374,43 puntos, o un 1,9%, a 19724.

Las presiones de venta fueron agravadas por las preocupaciones en cuanto a que empresas líderes emitirán nuevas acciones y diluirán el valor de las existentes, además de varias ofertas públicas iniciales de acciones que amenazan con reducir el exceso de efectivo en el sistema.

Para el lunes no hay programada entrega de resultados corporativos y hay un informe económico: el índice de gerentes de compra de Chicago de agosto. Analistas del mercado dicen que esta semana es generalmente una de las más tranquilas del año.

Esta semana concentrada más atención en los datos de nóminas no agrícolas de agosto en Estados Unidos que se publicarán el viernes. Se espera otra pérdida de 250.000 empleos, poco más de la de 247.000 de julio.

En Europa también afectaban las pérdidas chinas y el índice Dow Jones Europe Stoxx 600 descendía recientemente un 0,5%.