Por su extremada rigidez, sin embargo, el presupuesto común no podrá ser la fuente principal de esos recursos, sino los presupuestos nacionales. "El presupuesto comunitario no tiene vocación contracíclica", dejó claro un diplomático francés, porque no se puede cambiar con facilidad el destino de los recursos. Lo que sí van a intentar hoy los Veintisiete es comprometerse a acelerar los pagos en la política de cohesión, una de las pocas palancas reales de crecimiento de que dispone la UE.
En 2008 se ha registrado una "infrautilización masiva" de los créditos inscritos para esta política, que financia sobre todo proyectos de infraestructura en las regiones más pobres de la Unión, según ha reconocido la fuente.
Unos 6.900 millones de euros han sido devueltos a los Estados miembros en 2008 como resultado de la no ejecución de proyectos programados. De esa cantidad, 4.900 millones corresponden a la política estructural y de cohesión.
Tan colosal desviación se explica por el retraso en la aprobación de los sistemas nacionales de control y gestión de los fondos europeos, imprescindibles para que la Comisión pueda autorizar los pagos conforme a la nueva reglamentación europea.
"El fallo está en el nuevo reglamento, que está resultando muy difícil de aplicar", reconocía la fuente de la Presidencia francesa.
Como resultado de ello, la programación prevista para el septenio 2007-2013 todavía no ha comenzado, y de los 433 programas operativos nacionales aprobados ya por Bruselas, sólo 3 (todos ellos en Hungría) habían recibido pagos intermedios a fecha 1 de noviembre. El retraso afecta tanto a los nuevos Estados miembros de Europa central y oriental como a los beneficiarios más veteranos de esta política.
CRISIS ALIMENTICIA EN EL PUNTO DE MIRA
Otro de los asuntos centrales de esta segunda lectura será la discusión entre los representantes de los gobiernos y del Parlamento Europeo en torno a la "facilidad alimentaria" de 1.000 millones de euros propuesta por la CE.
En lo peor de la crisis alimentaria, el Ejecutivo europeo propuso destinar esa cantidad a los países terceros más pobres con el fin de ayudarles a incrementar su producción agrícola, subvencionando el acceso de los agricultores pobres a fertilizantes y semillas.
Las dos ramas de la autoridad presupuestaria europea están de acuerdo en el importe, en que el dinero no provenga de los créditos no utilizados de la política agrícola común (PAC) y en extender de dos a tres años el nuevo instrumento, pero discrepan todavía sobre la manera de financiarlo

