Segura, que realizó estas declaraciones en el acto de presentación de la Revista del Colegio de Economistas de Madrid 'España 2009. Un balance', sostuvo que el diseño del FROB es adecuado, pero precisó a continuación que su implementación "no está exenta de problemas".

Así, además de la oposición a las fusiones interregionales, aludió como otro problema para aplicar el FROB a que el éxito de una operación de integración depende de la reducción de costes, lo que "sólo puede lograrse en fusiones que reduzcan el peso de los servicios centrales y de la red de sucursales, excesiva en términos comparativos europeos y, en caso de las fusiones intracomunidad, redundantes en gran medida".


En este punto, argumentó que el sistema bancario español presenta un exceso de capacidad, tanto por el número de entidades como por el de sucursales, y subrayó que el problema es más acusado en las cajas que en los bancos. "No obstante las dificultades, estoy convencido de que la competencia técnica del Banco de España y su independencia de criterio lograrán resolver estos problemas", añadió.

Segura manifestó que el sistema financiero precisa de importantes reformas destinadas a reforzar los aspectos de prudencia y de gestión del riesgo, pero también de mejora en el funcionamiento de los mercados, donde "la falta de transparencia se ha evidenciado como uno de los principales fallos que subyace detrás de los problemas (...) vividos durante la crisis".

RIGIDEZ DEL MERCADO LABORAL

En cuanto a la situación económica general, el máximo responsable del organismo supervisor constató que la crisis está siendo en España menos intensa pero más prolongada que en otros países del entorno, debido a "perturbaciones idiosincrásicas" como el colapso del sector inmobiliario y su impacto en la destrucción de empleo, pero también a "rigideces" en el mercado de trabajo y en el sistema de protección social.

En este ámbito, el presidente de la CNMV defendió la puesta en marcha de reformas, aunque puedan tener efectos transitorios adversos, ya que, a su juicio, "las situaciones de crisis deben ser aprovechadas para adoptar los cambios que precisa el sistema económico y financiero". No obstante, advirtió de que la búsqueda de consenso en estos aspectos puede generar riesgos como "la escasa ambición y gran ambigüedad de las reformas y su posible coherencia interna".

Segura eludió adentrarse en las reformas del mercado de trabajo y del sistema público de pensiones, si bien recordó que en 1976 publicó un artículo en el que proponía el aumento de la edad de jubilación y la consideración de la historia completa de cotización, o que en 1991 dirigió el equipo que redactó el llamado 'informe Segura' sobre el mercado laboral.